Kevin Olusola, el “celloboxer”
Se sienta, toma su cello y comienza la canción. El arco frota la cuerda y suenan las primeras notas de Someone like you, de Adele. Los primeros segundos bastan para atrapar al oyente e invitarle a escuchar más. Todo va en tono tranquilo hasta que… “boom”, ocurre la explosión. Un montón de sonidos percutidos se originan en su boca. O sea que no solo es cellista, sino también beatboxer. Eso sin contar que es cantautor y pianista. Su nombre es Kevin Olusola, pero su apodo fácilmente podría ser «El celloboxer».
Parte de la fama que tiene este joven de 27 años se debe a que es miembro del grupo a capella Pentatonix, con el que ganó un Grammy en 2015. Sin embargo, sus pasos por la música comenzaron mucho antes: a muy temprana empezó a estudiar piano, violonchelo y saxofón. Luego, en el bachillerato, ingresó al Phillips Academy Andover, y al culminar allí entró a la Universidad de Yale.
Fue en su época de universitario cuando desarrolló sus habilidades de «celloboxing». Tanta fue su especialización en el área que en 2009 quedó segundo en el concurso internacional «Celebrate and Collaborate with Yo-Yo Ma».
Como muchos artistas de hoy en día, a Olusola lo descubrieron en Youtube: en 2011, Scott Hoying, miembro de Pentatonix, encontró un video suyo en esa red social y lo invitó a formar parte de la agrupación para concursar en The Sing-Off, competencia que le dio fama al equipo después de ganar la tercera edición.
Desde entonces, no han parado los éxitos. Tanto así que en 2014 tuvo la oportunidad de presentarse junto al quinteto frente al presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Tanto crecimiento profesional lo motivó a lanzarse en solitario. Fue así que el 10 de marzo de 2015 presentó su primer disco, «The Renegade EP», con el que debutó como número 1 en la lista de música clásica de Billboard y se mantuvo semanas en el mismo lugar de la mencionada categoría en iTunes.
En definitiva, él es talentoso y lo sabe. Día a día cautiva con su virtuosismo. Nuevamente se sienta, toma su cello y comienza la canción. Ya el oyente sabe que en pocos segundos empieza el beatboxing, pero igual, no deja de ser un factor sorpresa.