“Africanistán”
Diversas informaciones se entretejen en los recientes acontecimientos en Mali, suscitando una serie de interrogantes y conjeturas entre los analistas que se ocupan de la Jihad global contra Occidente.
Asumiendo el riesgo de un empantanamiento en “Africanistán”, como ya se comienza a mencionar al Norte de África, las tropas francesas incursionaron en Mali el 11 de enero, iniciando una ofensiva contra los grupos armados que ocuparon el Norte de ese país. El 2 de febrero, François Hollande fue recibido como héroe en Tombuctú, liberada luego de un año de violencia y feroz imposición de la Sharia en esa y las otras las ciudades tomadas por los terroristas islámicos. Una operación excepcional de comandos que, luego de consolidar posiciones, serán cedidas a la Misión Internacional Africana (MISMA), coordinada por la Comunidad Económica de Estados Africanos del Oeste (CEDAO) y apoyada por la ONU.
La segunda noticia se refiere a lo que aconteció en marzo de 2012, cuando el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), principal grupo rebelde Touareg del norte de Mali, proclamó la independencia de esa región reclamando reivindicaciones ancestrales. Aprovechando esta coyuntura y el descabezamiento del régimen maliense por un golpe militar, grupos salafistas encabezados por el Al-Quaida au Maghreb Islamique (AQMI), se hicieron fuertes en esos territorios, en franca alianza con bandas armadas provenientes de Níger, Sudan y de Libia, asociados con traficantes de armas y drogas. Entre dichas organizaciones destacan el Ansar Dine d’Iyag Ag Galy (ADIG), el Frente de Liberación Nacional de Azawad (FLNA), la secta fanática nigeriana Boko Haram y el Movimiento por la Unidad del Jihad Africano (MUJAO), todos bajo el liderazgo del AQMI, ocupando en su avance poblados y ciudades importantes como Kidal, Tombuctú y Gao. Dichos grupos se movilizan desde 2009 por el desierto del Sahel, que bordea los límites de Mali, Níger, Burkina-Fasso, Libia y Argelia.
La tercera noticia se relaciona con un incidente ocurrido cuatro años antes. El 2 de noviembre de 2009, en esa misma zona aterrizó un Boeing 727 cargado con 10 toneladas de cocaína, armas y pertrechos militares. El valor del cargamento de droga se estimó en ese entonces en más de 300 millones de euros. Se presume que dicho envío perseguía abastecer a los grupos terroristas islámicos que operan en esa región, así como utilizar sus rutas secretas para transportar la droga hacia el Mediterráneo y luego a Europa. Según el responsable regional de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Alexandre Schmidt, en declaraciones ofrecidas el 16.11.2009 a las agencias internacionales de noticias, “el Boeing de carga partió de Venezuela y aterrizó en una pista improvisada a 15 km de Gao, al Noreste de Mali. El avión fue incendiado para hacer desaparecer cualquier rastro, pero se obtuvieron los números de registro. No se sabe desde hace cuánto tiempo se hace este tipo de vuelos», precisó Schmidt. La Embajada de Estados Unidos en Bamako, informó a su vez que ese año hubo otros cuatro aterrizajes similares en la misma zona.
La vasta operación militar llevada a cabo en el norte de Mali por los terroristas islámicos con la participación de miles de combatientes, a todas luces implicó una estrategia global, una logística y un apoyo financiero de grandes dimensiones. Los indicios que presentó en su momento la UNODC involucran a organizaciones narcoterroristas como las FARC en las misiones aéreas de transporte de drogas antes mencionadas e indican que se utilizó a Venezuela como portaviones. Esto hace que surjan varios interrogantes: ¿Cómo un avión de tales dimensiones, transportando toneladas de cocaína, armas y pertrechos, pudo aterrizar para hacer escala o despegar de aeropuertos venezolanos bajo vigilancia militar? ¿Quién está detrás de estas operaciones de subversión y desestabilización en progreso en África del Norte? ¿Irán? En los años setenta, en plena Guerra Fría, el ejército expedicionario cubano intervino en varios países africanos con una estrategia y logística consideradas como “modelos” en muchas escuelas militares. Al manejar a su antojo los hilos del poder y de importantes recursos en Venezuela ¿Estaría Cuba involucrando a sus títeres criollos en África, esta vez en alianza con organizaciones terroristas islámicas? ¿Qué incluyen los acuerdos que en años recientes firmó Venezuela con Irán, Hamas y Hezbollah? Es tal el bloqueo informativo, las alianzas perversas y el secretismo de este régimen, que lo convierten en la principal fuente de conjeturas.