País sometido
Una de las situaciones más comprometidas de Venezuela en la actualidad es que se ha debilitado peligrosamente la Soberanía Nacional, entregándole buena parte de las riendas del gobierno a la Cuba de los Castro. Aquí no manda Maduro, él ejecuta las instrucciones que recibe desde La Habana; claro está, en los asuntos de alta política. Cuando las intimidades de esta rendición salgan a la luz, con asombro e indignación los venezolanos nos daremos cuenta de la profundidad del dominio del castrismo sobre la Venezuela chavista.
En sus delirios incontrolables de grandeza, Chávez, considerando que Venezuela es una gran potencia, asumió el financiamiento de Cuba después de que cesó la ayuda variada y cuantiosa que por algunos años le estuvo suministrando la desaparecida Unión Soviética.
Chávez empezó regalándole a Cuba 100 mil barriles diarios de petróleo financiando la construcción de una refinería para procesarlo situada en la ciudad de Cienfuegos. Ni Estados Unidos, siendo una súper potencia, ha hecho una donación semejante a ningún país del planeta.
Más insólito resulta que en la actualidad, con Venezuela en ruinas, continuemos regalándole a Cuba los 100 mil barriles diarios de petróleo, que si los vendiéramos en el mercado internacional generaría millones de dólares de los que tenemos necesidad actualmente para importar alimentos y medicamentos que hacen falta.
Pero el servilismo ante los hermanos Castro no se limita a ese millonario regalo del petróleo, ha venido extendiéndose a otros sectores de la economía nacional. Por ejemplo, casi todo el comercio internacional de Venezuela se hace en triangulación con Cuba, es decir, los Castro hacen las compras, y Venezuela las adquiere a un precio más elevado.
Simultáneamente, Chávez empezó a entregarles a los cubanos el control de áreas estratégicas de la administración pública. Registros y notarías están en sus manos, de manera tal que en Cuba tienen el cuadro completo de la distribución de la propiedad en Venezuela. Al mismo tiempo, pasaron a control cubano los servicios de Identificación y Extranjería, y los puertos.
Llama la atención que esta situación, si se quiere degradante para la dignidad nacional, no sea objeto de rechazo y protesta encendida de los venezolanos, sin distingo de colores políticos. Hasta los dirigentes de oposición pareciera que no le atribuyen importancia, puesto que no la denuncian. Quizás esta actitud tan extraña tenga una explicación ideológica. En efecto, durante 57 años estuvo Cuba bajo el dominio absoluto del castrismo, y es en la actualidad un país arruinado, dependiente de la ayuda exterior, que ha saludado con alborozo la visita de Obama a La Habana y el restablecimiento de relaciones diplomáticas con el imperio odiado ¡Ha llegado el momento de reaccionar!.