¿Un gobierno de salvación nacional?
El padre Luis Ugalde, en un artículo reciente, plantea la necesidad de constituir un gobierno de salvación nacional, tomando como ejemplo el que lograron en Suráfrica Mandela y De Clerck.
Tiene razón Ugalde, en una crisis como la que estamos viviendo, solo un gobierno provisional de unidad nacional puede acometer las reformas necesarias para mejorar progresivamente la descomposición y destrucción acelerada de nuestro país.
Ni el chavismo ni la oposición, por sí solos, pueden enderezar el rumbo catastrófico al que nos está llevando un gobierno aferrado en mantener el poder a toda costa y que no quiere entender la voz de un pueblo que pide a gritos cambio.
Como muy bien dice Ugalde, en su tiempo Mandela y De Clerck fueron considerados traidores por sus seguidores más radicalizados, pero la historia les dio la razón.
Hoy, el desabastecimiento, la inflación, la inseguridad son parte integral de una misma política errada y resolver las consecuencias de esta no será fácil.
Uno de los aspectos más complicados que deberá acometer ese gobierno de salvación nacional es el detener el auge incontenible de una criminalidad desbordada y desaforada, pero eso no podrá tener éxito si no se cambian las condiciones económicas que generan inflación y desabastecimiento.
Lo que sí es evidente, es que la situación del país se deteriora de manera exponencial día a día, y que el enfrentamiento estéril y deletéreo del régimen contra la Asamblea, de no detenerse, producirá una verdadera catástrofe nacional de consecuencias inimaginables.
Tenemos la esperanza de que la sensatez terminará por prevalecer y que todos entiendan que si el barco se hunde con el naufragamos, no sólo los tripulantes, sino también los pasajeros. Por eso creemos que lo que propone el padre Ugalde puede ser el camino para la solución.
Pero esta tarea no servirá de mucho si no hacemos un esfuerzo colectivo por rescatar los valores morales del venezolano, que se han desvanecido en estos últimos años hasta presentar una faceta irreconocible en el ser de muchos de nuestros compatriotas.