Dos reflexiones sobre la Revolución
- Los jóvenes chilenos y la Revolución.
No es una táctica nueva el ofrecer a los jóvenes la satisfacción de sus pasiones más bajas a cambio de abrazar un movimiento subversivo: los placeres sexuales desordenados, el consumo de substancias psicotrópicas. Una vez más, Platón había notado ya eso entre los griegos (República IX 572e-573a). Eso es precisamente lo que se está haciendo en Chile.
Los revolucionarios se aprovechan de la inexperiencia y el apasionamiento de los adolescentes o de los muy jóvenes, para seducirlos con todo tipo de placeres. Después les susurran al oído que los remordimientos que sienten no son sino señales de la opresión que ha pesado sobre la humanidad desde tiempos inmemoriales. Si el joven lo desea, puede enlistarse en un movimiento de radical liberación que no sólo no le exige vencer sus pasiones desordenadas, sino que proclama que precisamente esas pasiones le darán la fuerza para romper las cadenas que los curas y los “machistas” han impuesto al género humano. Freud y todo su séquito (Fromm, Althuzer y otros), Nietzsche y Heidegger con todo su séquito (Foucault, sobre todo) confirman “teoréticamente” la “autenticidad” del desenfreno y el camino de la liberación. De esta manera, las ansias de justicia que se hallan en el corazón joven se ponen al servicio de verdaderos demonios, para usar la acertada expresión de Dostoievski.
Si algunos jóvenes se dejan arrastrar un poco por el caos general, pero después recapacitan y, con al ayuda de una verdadera filosofía se apartan de la locura que se va generalizando, los tentáculos de la Revolución intentan ahogarlos por medio del chantaje: “¿adónde crees tú que vas, si tú nos perteneces, puesto que te has manchado en el fango que Yo misma he creado? Tú me perteneces, cabrón”. –En efecto, la aparentemente dulce seductora saca por primera vez sus colmillos de vampiresa.
¡Oh, jóvenes chilenos! ¡Despertad!
El ser humano puede actuar movido por impulsos, como los chanchos, o fundado en razones. Sólo la posibilidad de fundar la acción en un juicio verdadero es lo que nos hace libres. La liberación que promete la Revolución consiste en emanciparse de la verdad. Pero el que se emancipa de la verdad va a ser esclavo del Poder. El único posible freno al Poder desnudo es la verdad. Piénsalo bien. Foucault miente: la verdad no es el origen del Poder. La verdad es la única defensa que tiene el débil. Pero todos somos débiles, amigo mío, en una tiranía totalitaria. Investiga cómo murió realmente el Che Guevara. Busca las revelaciones de Mario Vargas Llosa. O, si lo prefieres, mira las últimas anotaciones en su diario boliviano. Al Che lo mató la Revolución porque el Che no quiso someterse a la táctica de Fidel. La única protección que tenemos los seres humanos ante la desnuda voluntad de poder es la verdad. Quien se “emancipa” de la verdad se expone a la más horrible esclavitud.
¡Oh, jóvenes chilenos! ¡Depertad!
Estáis forjando vuestras propias cadenas. Cadenas de drogas, cadenas de sexo, cadenas de miedo… Ten el coraje de romper esas cadenas. Sabe que Dios, que es el origen de toda verdad, es Misericordioso. Sabe que es mejor pasar por una vergüenza breve a entregar tu alma a señores despiadados. Cuanto antes te atrevas a romper las cadenas del vicio, la vergüenza y el miedo más fuerza tendrás para liberarte enteramente y para oponerte a la esclavización de tu Patria.
El lobby homosexual, el Partido Comunista, Planned Parenthood, otros movimientos revolucionarios no son sino caras de la Revolución. Y la Revolución no es sino una esclavista avara. Es una promesa vacua el que puedes liberar a los trabajadores o a los pobres por medio de la ignorancia, el desenfreno, el odio, la improvisación y la destrucción. Es un engaño burdo. Rompe con la Revolución mientras hay tiempo. Abrázate a la Misericordia, al Orden y a la verdad. Sólo desde la verdad podrás poner en tela de juicio toda ideología, también el liberalismo. Sólo desde ella podrás promover realmente la justicia y la auténtica libertad. Para esto tienes que formarte arduamente, adquirir virtudes también arduas, y trabajar con seriedad.
Piensa bien, por hoy, dos cosas: ¿cómo se vería un mundo en el que no hay padres ni hermanos ni primos? Piénsalo bien. Sin familia no habría nada de eso. Pero la Revolución quiere abolir la familia. Si quieres superar la soledad, la falta de solidaridad, tienes que exigirle a tu corazón que aprenda a amar; que sea fiel, si eres hombre a una mujer; si eres mujer, a un hombre. Y luego tener hijos generosamente, y entregarte a ellos con abnegación. La familia es el único lugar en el que el ser humano vale por lo que es y no por lo que tiene. El lugar donde un niño discapacitado es recibido con amor y alegría. ¿De verdad quieres contribuir a abolir esto? ¡No seas ciego!
Por otra parte: ¿cómo se vería un mundo donde los que compartimos una visión común sobre el hombre y la sociedad, sobre lo divino y el mundo, diferente a la del partido de gobierno, no pudiéramos asociarnos para promover el bien? ¿Crees que los burócratas estatales pueden cuidar mejor, educar mejor, atender mejor, que personas que voluntariamente se han asociado por amor de Dios o del hombre? ¡Oh! De verdad que es infinito el número de los necios.
Chile corre el grave peligro de que un movimiento revolucionario intente poner fin a la familia y a los cuerpos intermedios, con la excusa de que ellos equivalen al “neoliberalismo”. ¿Tú realmente quieres dar tu contribución entusiasta a tal iniquidad? Si lo quieres, te compadezco. Pero sabe que, como Schliapnikov, tú serás uno de los primeros en desilusionarse y en sentir sobre tu cuerpo las balas del pelotón de fusilamiento. La Revolución es mala madre, que se come a sus hijos. Calumnia a Dios y todas las mentiras que dice sobre Él te apartan de la única fuente que puede protegerte de la tiranía totalitaria. ¡Rompe con la Revolución! ¡Vuelve tus ojos a la verdad!
- La táctica de Bachelet.
Me temo que lo que pretende Bachelet puede ser lo que ya anunció Fernando Atria: convocar la Asamblea Constituyente, por las buenas o por las malas. Si en marzo el Congreso no aprueba por 2/3 de sus miembros autorizar al próximo Congreso para que ordene la convocatoria de una Asamblea Constituyente, Bachelet acudirá directamente al pueblo, en un alarde de “democracia”. Si hiciera eso, podría ser que el Tribunal Constitucional declarara nula la convocatoria. Pero ya algunos seguidores de Atria han dicho que, en ese caso, habría que desacatar al Tribunal. ¿Qué pasaría en esa situación?
Si Bachelet ordenara continuar con los preparativos del plebiscito, se pondría ipso facto, fuera del Derecho. Estaría incurriendo en la misma falta en que incurrión Zelaya en Honduras. En ese caso, aunque nuestra Constitución no contenga normas tan terminantes como la hondureña, Bachelet se convertiría en una usurpadora y sería legítimo removerla de su cargo e impedir la violación del Derecho que ella haya ordenado. Chile podría de esa manera evitar una tiranía análoga a la de Hugo Chávez o Adolfo Hitler, ambas plebiscitarias en su origen. Pero, para ello, tendría que encarar valientemente las presiones internacionales, como lo hizo Honduras en el año 2009. Dios dé coraje a las fuerzas republicanas de este noble país, si se intentara una usurpación plebiscitaria. ¡Dios salve a la Patria chilena!
Carlos A. Casanova