Más vale tarde que nunca…
Algunos Gobiernos y Organizaciones No-Gubernamentales se han pronunciado sobre los acontecimientos en Venezuela.
Las ONG’s que observan la situación de los derechos humanos en el mundo han sido oportunas, claras, directas y contundentes.
Human Rights Watch ha sido firme y categórica en su denuncia de la conducta del régimen que emplea la policía nacional, la guardia nacional, la policía política y sus bandas de asesinos para reprimir las manifestaciones pacíficas de los jóvenes y estudiantes.
Amnistía Internacional lanzó una acción urgente mundial por los sucesos en Venezuela, instó a las autoridades a garantizar el respeto a la libertad de expresión, asociación y reunión, y condenó todo acto de violencia y todo abuso para intimidar o silenciar a los manifestantes.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos manifestó su preocupación por «los graves hechos de violencia registrados en el contexto de manifestaciones» y «otras denuncias relacionadas con actos de censura contra medios de comunicación, agresiones contra organizaciones defensoras de derechos humanos y hechos de persecución política». Agrega que «ha tomado conocimiento sobre ataques de grupos civiles armados contra los manifestantes, así como el uso desproporcionado de la fuerza por los cuerpos de seguridad del Estado».
Algunas personalidades individuales también han hecho apreciaciones terminantes de los acontecimientos en Venezuela y han dirigido críticas directas al ilegítimo y su régimen.
Los pronunciamientos de los gobiernos han sido tardíos pero más vale tarde que nunca. Algunos son contundentes pero otros timoratos para no provocar las iras del Júpiter tonante II. Veamos:
El portavoz del Departamento de Estado de EEUU pidió al gobierno que respete las libertades de expresión y reunión e hizo un llamado al diálogo en Venezuela. Luego, el propio Secretario de Estado John Kerry emitió un comunicado en el cual manifestó su «profunda preocupación por las tensiones y la violencia en Venezuela» exigió la libertad de los manifestantes detenidos y dijo estar alarmado por la orden de arresto para Leopoldo López. También hizo un llamado al diálogo.
La más alta autoridad de la Unión Europea en Política Exterior, Catherine Ashton, expresó preocupación por la situación de Venezuela y animó a las partes a un diálogo pacífico.
Colombia lamentó los hechos de violencia ocurridos en Venezuela, la pérdida de vidas humanas y formuló un llamado al diálogo abierto y respetuoso, «manteniendo como norma la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos y las libertades democráticas».
El canciller de Panamá dijo «Cuando se escucha de violencia y sobre todo de pérdida de vidas humanas, como entendemos que se ha dado por las razones que fuera en un país hermano como Venezuela, preocupa».
La cancillería de Costa Rica deploró la violencia y manifestó que confía en que los venezolanos sabrán fortalecer los canales de concordia y convivencia.
Finalmente, ¡Oh sorpresa! Esa entelequia que llaman ALBA expresó su «más firme apoyo al Gobierno de Venezuela» tras los incidentes, «parte de una estrategia planificada para desacreditar a nivel internacional a la Revolución Bolivariana, en momentos en los que el Gobierno Bolivariano de Venezuela ha tomado acciones dirigidas a lograr una mayor paz, estabilidad y diálogo nacional». Irán hizo lo mismo.
He sido ferviente partidario de la diplomacia preventiva, uno de cuyos instrumentos principales es el diálogo. Pero pareciera que los gobiernos extranjeros, o no entienden lo que pasa en Venezuela o están mal informados por sus Embajadores. Hablar de diálogo en Venezuela es absolutamente desatinado. Aquí, cuando el ilegítimo habla de diálogo o de paz, acompaña sus propuestas con diatribas, agresiones verbales, difamaciones, ofensas, expresiones soeces y hasta con amenazas dirigidas a sus eventuales interlocutores. Esta es, sin duda, una de las causas que han motivado las protestas y manifestaciones en la calle.
En el supuesto negado que del lado del oficialismo hubiese una actitud constructiva para entablar un diálogo provechoso, probablemente la situación del país sería otra. Pero, ¿Cómo puede haber un diálogo precedido de la afirmación del ilegítimo de que está en gestación una conspiración, un golpe de Estado de la disidencia para derrocarlo? Esta sola afirmación hace insustancial, a priori, cualquier intento de diálogo. Esa descabellada afirmación sólo la puede excogitar la mente de un ignorante y golpista frustrado como la del usurpador de la banda presidencial.
La oposición ha sido categórica afirmando hasta la saciedad que su objetivo es un cambio que no excluye la sustitución del ilegítimo, pero eso sucederá por la vía pacífica y constitucional. La Carta Magna ofrece alternativas que están a la disposición de la ciudadanía.
Concuerdo con Asdrúbal Aguiar. Es imperativo aplicar la Carta Democrática.
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