Socialismo en picada
Me refiero al “socialismo del siglo XXI”. Pareciera de capa caída. Aquí el declive se trata de tapar elevando el culto a la memoria de Chávez. Pero entre las cosas que más se destacaron el pasado 4 de febrero, están las declaraciones de algunos jefes de aquel día. Jesús Urdaneta, Yoel Acosta Chirinos, Carlos Guyón, entre otros, hablando de la traición a los ideales que los animaron a ser protagonistas de la fecha. Consideran que el país está mucho peor que en 1992, hace veintidós años, con quince ejerciendo el gobierno. Fracaso a la vista. Podemos sumar entre los declarantes al general Raúl Isaías Baduel, preso y crítico severo de la situación actual y, también de la intimidad personal del difunto. Los tiempos y las personas cambian. Pero, sin hacer juicios sobre nadie en particular, lo que debe mantenerse siempre es la lealtad a los principios.
El equilibrio de Ollanta Humala en Perú, la moderación del salvadoreño Mauricio Funes, la derrota de la esposa de Zelaya en Honduras, la caída de Lugo en Paraguay, el desplome del kirchernismo y lo en la primera vuelta electoral de Costa Rica y El Salvador, anuncian el crecimiento de una tendencia opuesta a la exportación ideológica y política que Chávez financió, bajo la dirección cubana. En Costa Rica quedó tercero lejos (17%) el candidato apoyado por el ALBA, José María Villalta. Fue eliminado. Ahora compiten Johnny Araya de Liberación Nacional y Guillermo Solís por Acción ciudadana. Ambos proclaman su respeto a la democracia, incluidas la libertad económica y de trabajo.
En El Salvador se enfrentan el exguerrillero y vice-presidente Salvador Rodríguez, apoyado por el FMLN, Petrocaribe y el ALBA contra el Alcalde de San Salvador, Norman Quijano, candidato de ARENA. Ambos, a los efectos de la segunda vuelta, parecieran querer mantener el estatus en las relaciones con Estados Unidos y los tratados de Libre Comercio. Venezuela es ejemplo de lo que no debe hacerse.