Fundido el motor de los motores
Más que trágico, es cómico el espectáculo de Maduro aferrándose a palabras que a sus oídos dan la impresión de dinamismo en un régimen que pareciera estar exhalando su último aliento. Una de esas palabras, a las que atribuye sentido mágico, es la palabra “motor”. Empezó por seis (6) y ya va por dieciocho (18) motores.
Más que nunca antes, Venezuela se ha mantenido en pie gracias al petróleo. Como su producción inexplicablemente ha disminuido, y se ha derrumbado su precio en el mercado internacional, nuestro país se encuentra en dificultades serias y peligrosas, es decir, que se ha fundido el motor principal que lo mantenía operativo.
Haciendo memoria, se recordará que en sus permanentes y costosísimos alardes de líder planetario, Chávez entraba en trance, lo hacía a diario, y se jactaba de que Venezuela tenía las reservas petroleras más grandes del mundo. Toda personalidad importante que nos visitaba era trasladada para sobrevolar la Faja del Orinoco.
En esta hoja de ruta, más de una vez, insinuamos que resultaba sospechosa la facilidad con que China, una y otra vez, hacía préstamos al gobierno venezolano, a sabiendas de su incapacidad e insolvencia para manejarlos. Hasta llegamos a decir que China se mantenía como “caimán en boca de caño” para engullir, al presentarse la ocasión, la Faja del Orinoco, porque consideraba que nuestro país no podía hacer honor a aquellos préstamos. Estos temores se han venido confirmando. Como China amenazaba con embargar activos de PDVSA, Maduro ha accedido a revisar la integración de las empresas mixtas aumentando el porcentaje accionario de la empresa china de petróleo ¿Habrá influido esa amenaza en la sustitución de PDVSA por una nueva empresa asignada a los militares, cuyo presidente es el Ministro de Defensa? En todo caso, la amenaza china ha creado tal nerviosismo en el gobierno que anda raspando la olla.
Por otra parte, PDVSA está en la ruina. Como la producción interna ha venido disminuyendo, estamos importando volúmenes crecientes de petróleo liviano para mezclarlo con el muy pesado de la Faja. El destino cruel ha determinado que ese petróleo liviano lo estemos importando del odiado “imperio”. Por otra parte, como PDVSA está en bancarrota, y los ingresos por venta de petróleo han venido disminuyendo de manera inquietante, ahora Maduro está rematando la riqueza minera que nos queda.
Los únicos boyantes son Rafael Ramírez, que según la revista Forbes está entre los hombres más ricos del mundo; y sus compinches enriquecidos de manera indecente.