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Miedo al futuro
Algunos compatriotas se han contagiado de futurofobia. Recomiendan dejar hacer, dejar pasar por miedo a lo que puede venir. El miedo al futuro paraliza, corre la arruga e impide labrar un mejor porvenir. Churchill no se entregó ante las fuerzas superiores de Hitler, sino que predicó que habría ¨sangre, sudor y lágrimas¨, pero que al final Inglaterra triunfaría. En cambio, Petain y Laval pactaron una cohabitación por miedo a una mayor destrucción y mantuvieron a Francia avergonzada y sin progreso durante varios años, hasta que fue rescatada por De Gaulle y las fuerzas aliadas.
Permitir que Maduro finalice su mandato, por miedo a que parte del pueblo no termine de percatarse del fracaso del Socialismo Siglo XXI y porque será necesario tomar medidas no populistas que podrían regresar a los rojos al poder, solo se justifica por tener miedo al futuro.
Evidentemente que vendrán tiempos difíciles porque para enderezar los entuertos de estos irresponsables será necesario un giro de 180 grados en la política económica, lo cual que no será del agrado de algunos.
Tenemos que ser optimistas y sembrar esperanza. Venezuela tiene recursos humanos y naturales para salir a flote. No será fácil porque un valioso capital humano ha emigrado, la institucionalidad está destrozada, la educación muy deteriorada, miles de empresas privadas han desaparecido y las del Estado están quebradas, el país endeudado, el hampa desatada y se ha perdido la confianza. Sin embargo, con una buena dirigencia se podrán superar los obstáculos. Solo se requiere voluntad y no tener miedo al futuro.
Nuestra dirigencia tiene que hablar claro. No puede escudarse en un supuesto costo político y pretender seguir la línea estatista. Debe hacer entender a los venezolanos que el sector privado es imprescindible para el desarrollo del país, que aquí hacen falta muchas empresas Polar y ninguna empresa del Estado. Que la recuperación del país pasa por el refinanciamiento de la enorme deuda externa y la inversión extranjera. Que el Estado debe limitarse a la atención de la educación, salud, justicia, seguridad e infraestructura. Que los militares deben participar en los planes de desarrollo, pero que no les compete manejar alimentos, petróleo, minería, ni la policía. Que es necesario descentralizar para darle más poder a los estados y municipios.
Tener miedo a enfrentar los problemas y a que no se pueda lograr la recuperación del país en un mediano plazo es de timoratos. Permitir que los destructores rojos sigan acabando con el país es de irresponsables. No actuar por miedo a que los rojos salgan hoy del poder pero regresen mañana es no conocer la historia. Claro que pueden volver si regresamos a algunos de los malos gobiernos del pasado. También pueden retornar, porque predican una utopía fácil de vender. Sin embargo, hay que creer en la evolución de las especies. En Chile regresó el socialismo, pero no un Allende. En China un Xi Jinping es muy diferente a un Mao.
¿Cómo debe salir el presidente de facto? No será fácil, pero es imprescindible que no siga en Miraflores. Lo ideal sería con el visto bueno de dirigentes sensatos de su propia tolda. Confiamos en la MUD y nos identificamos con María Corina, Ledezma y Leopoldo. Quienes tengan miedo al futuro deben apartarse.
Como en botica: Felicitaciones a Antonio Ledezma por el otorgamiento del Premio al Valor por la Defensa de los Derechos Humanos y la Democracia. Exigimos su libertad y le expresamos nuestra solidaridad. La venta de acciones de Petromonagas a la empresa Rosneft es positiva, pero es inaceptable que no fuese sometida a consideración de la Asamblea Nacional y pareciera que fue muy bajo el precio que pagaron los rusos. Reverol Torres, Comandante General de la Guardia, exige que para ascender los oficiales deben recitar de memoria las pazguatadas del difunto. El general Padrino López quiere que los militares sean petroleros, mineros y agricultores, además de seguir siendo represores. El general Motta Domínguez sigue teniendo cortocircuitos en su cabeza ¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!