Maduro: te regalaremos un concierto
Mañana viernes 19 de abril adelantarán la toma de posesión del presidente (e). Apuraditos para algunas cosas y lentos para otras. Vienen visitas y no les quedará otra que escuchar el ruido de las cacerolas y el inclemente corneteo de los vehículos. Si Capriles no nos invita a hacerlo, lo haremos sin invitación. Luces, cornetas y ollas le darán marco a esta reunión de farsantes, que asisten a darle apoyo a un gobiernillo que pretende nacer con el sol en la espalda. A los pueblos no se les engaña en elecciones, salvo en Cuba. La historia nunca se equivoca.
Un pueblo completo, de ambos lados, observan el devenir diario y aterrizan cada acción y cada palabra que se pronuncia de lado y lado. Las mentiras del gobierno se repiten y repiten y son capaces de afirmar que Capriles llamó a un golpe de estado en una alocución, así sin despeinarse. Mentiras y más mentiras cuando afirman que la escasez es acaparamiento, la inflación es especulación, la falta de electricidad es sabotaje y de esa forma, siempre la culpa de todo la tiene otro, nunca el gobierno.
Grosera la interpretación de democracia de Diosdado Cabello quien corta el micrófono en la Asamblea a aquellos diputados que no reconozcan al “presidente”. Cuando la Asamblea se acaba como foro político, se termina la institucionalidad y por ende el juego democrático. Pasan la raya con mucha frecuencia, lo que produce cada vez una mayor deslegitimación. No aguantan la presión de las verdades, que no se callan con cohetes.
Esta mañana temprano en una estación de radio echaban pestes un par de comentaristas. Se quejaban de que la gente en Ciudad Caribia no votó ¿Cuál es el compromiso de estas personas que recibieron su vivienda? Son los primeros en la cola de Mercal pero no van a votar por el Comandante. Esa es la revolución que regala para comprar votos y conciencias.
Las rarezas del sistema electoral dan vueltas en la red: relación estadística fuera de rango para el último dos por ciento de los votos. Registro electoral aumentado en cincuenta mil votos, todos en el interior de la Republica, un solo votante en el Distrito Capital. Centros de votación completos con deslumbrante proporción de votos oficialistas. Esta vez se les pasó la mano. Tendrán que explicarnos esas inconsistencias. No se puede pasar la página y callar por la fuerza a la mitad del país que pide explicaciones. Esta es otra Venezuela, con diferente proporción de fuerzas.
Venezuela no se rinde ante unos personajes que olvidaron que aquí afuera hay un pueblo escuchando y observando lo que hacen. En paz, con presión sostenida, la verdad nos será entregada. Que nadie desmaye, haremos historia.