Opinión Nacional

Hacen ruido al caer

Maduro ganó las elecciones por un estrecho margen. Frágil la “victoria”, que no hace otra cosa que indicarnos que no tiene capacidad, él o el chavismo, para retener la popularidad heredada de Chávez. Se queda tan solo con los errores del chavismo, pero no con todos sus votos. Ahora debe resolver con su firma los entuertos que aplastan a la Venezuela que recibe de sus propias manos.

Todavía una parte importante de los venezolanos no ha entendido que la revolución no es la solución a nuestro problema. Hay que respetarlos y debemos aguardar con paciencia que ellos mismos entiendan esto con claridad, de lo contrario, la anarquía y la violencia estarán merodeando en nuestro entorno. Estamos más cerca, esa es la ganancia de ayer.

Amaneció después de elecciones en Venezuela y contrario a lo que ha pasado en otras ocasiones, el ratón y el guayabo son de baja densidad. Tal parece que aún perdiendo, algo ganamos. Al menos así lo siente una parte de los venezolanos. Ganamos votos, apoyo, consistencia, organización y la necesaria pasión que nos trasmitió Capriles. Temeraria la jugada de apostar todos su capital político, pero contrario a lo que todos pensábamos –incluyéndome-sale fortalecido como el líder de la mitad del país. Hizo un trabajo fuera de serie y recoge los frutos de ese esfuerzo. Contaremos los votos en auditoria y por primera vez coleccionamos las incidencias del proceso, que servirá como base para negociar las reglas de futuras elecciones. Es probable que la cuenta final cambie y se cierre aún más la brecha.

Pronto olvidarán a Chávez y más pronto comenzarán las guerras internas que reformularán los bastones del poder del partido oficialista. La ausencia manifiesta de Diosdado Cabello en estos últimos días, incluyendo la concentración de cierre de campaña, es premonitoria de la división cívica militar que estaremos observando en las próximas semanas.

Ahora les toca trabajar en algo diferente a la retención del poder. El trabajo que requiere Venezuela para salir del atolladero en que nos metieron. Dudo que tengan las capacidades y el estilo de pensamiento que se requiere para lograrlo. Baste con escuchar el primer discurso de Maduro anoche, para entender que será el presidente de los que votaron por él, el resto no existe en su discurso y tampoco en su mente.

Alguien recordaba esta mañana el plebiscito de diciembre de 1957, que originó los sucesos del 23 de enero de 1958, donde cayó la dictadura de Marcos Pérez Jimenez. Los pueblos deciden que hacen con los gobiernos que no quieren. También aquel hizo ruido al caer.

Arriba Venezuela, ahora es cuando.

@pereiralibre

 

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