Cuando el alba se convierte en ocaso
Por alba se entiende la primera luz al amanecer y así se le llama por el color blanco, en latín albus, que borra el negro. El ocaso es la caída de la luz, cuando el sol desparece del horizonte. Se dice que la luz ilumina, que aclara, que es esperanzadora y que la noche ensombrece, que produce desespero, cuando es muy larga. Cuando en un país hay situaciones de crisis, cuando se sufre por una dictadura es común decir que se está dentro de un oscuro túnel pero al igual con lo que sucedió con la caja de Pandora que, al abrirse soltó todos los males, dejando en su fondo sólo la esperanza, en el país renace la esperanza y se dice que “hay un luz al final del túnel”. El ocaso se convierte en alba.
Los países de la mal llamada izquierda de América y Latina y del Caribe crearon, en el año 2004 una asociación denominada Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, más conocida como ALBA. Los pilares de esa asociación han sido Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, todos ellos partidarios del socialismo del siglo veintiuno, así concebido por el difunto Hugo Chávez. Con frecuencia este se refería al ALBA como la luz que iba a iluminar el desarrollo de las Américas frente el ocaso del imperialismo y la derecha.
Veamos ahora que ha sucedido con esa ALBA, con ese aparecer de la luz del día: se está convirtiendo anticipadamente en ocaso. En Bolivia, Evo Morales acaba de perder el referendo con el que pretendía reformar la Constitución para ser reelegido indefinidamente y no ha podido evitar que la economía boliviana se aleje cada vez más del socialismo del siglo veintiuno; en Cuba, el acuerdo con los Estados Unidos anuncia el alba democrática que, mucho antes de lo que se piense, va a ponerle fin al ocaso de más de cincuenta años; Ecuador, con el dólar como moneda y un bien concebido modelo educativo, anuncia la luz del día; Nicaragua se abre hacia los Estados Unidos y el sandinismo pronto va a dejar de ser lo que con él pretendía, el ocaso se recorta rápidamente. Queda Venezuela, que Maduro no quiere sacar del oscurantismo totalitario, comunista y populista, pero que con el triunfo de la oposición el 6 de diciembre y el consiguiente control de la Asamblea hace que cada vez se vea más la luz al final del túnel.
Al ALBA ya no se le puede considerar como luz del día ya que se ha convertido en ocaso.
