Carlos Vecchio cuenta cómo ha sido la lucha por Venezuela desde el exilio
Carlos Vecchio, coordinador político de Voluntad Popular, detalla a Analitica.com cómo ha sido su vida desde el 18 de febrero del 2014, cuando fue librada una orden de captura en su contra por delitos semejantes a los atribuidos al político opositor Leopoldo López, quien cumple este día dos años detenido.
“Tal día como hoy ya me estaban buscando con una orden de captura similar a la de Leopoldo. El día anterior me habían ido a buscar al partido con ataques violentos. El 18 de febrero es Leopoldo quien me llama del teléfono de su abogado y me dice que lograron medio ver mi orden de captura y que tenía delitos hasta más graves que los de él, y me recomendó que me escondiera. Desde esa fecha estoy escondido”, relata Vecchio desde el exterior.
El político describe que estuvo tres meses en la clandestinidad recibiendo todo tipo de amenazas y, luego de una discusión dentro del partido, llegaron a la conclusión de que debía asumir un rol afuera. “Entendimos que no hacíamos nada los dos presos, que estratégicamente teníamos que hacer la lucha de una forma más inteligente y necesitábamos una voz en el exterior para denunciar lo que estaba pasando en el país y la alternativa política que nosotros representábamos”.
“Teníamos todo preparado para yo entregarme, y decidimos aguantar. Esperamos el día que se diera la acusación ya formal para Leopoldo y así saber cuál realmente era la posición del gobierno. De ahí empezamos a evaluar las posibilidades si entregarme o salir del país. La decisión más difícil de mi vida fue dejar mi país por razones políticas”, agrega.
La salida de Venezuela: Una operación compleja
Vecchio únicamente detalla que la salida del país fue una operación riesgosa. “En algún momento daré los detalles. No puedo decirlos porque puede poner en riesgo a personas que están en Venezuela. Fue una operación compleja, pero no es oportuno ni conveniente dar los detalles ahora”.
El exilio y la familia
Para febrero del 2014, la esposa del político tenía 5 meses de embarazo y cuenta que el 12 le dijo que salieran de la casa para resguardarse un tiempo. “Desde ese día no hemos vuelto a casa”, resalta Vecchio, y asegura que su mayor temor era perder a su bebé por la tensión que vivía en ese momento. “Era una preocupación, pero también era una fuerza que me hacía luchar más”.
El coordinador de VP cuenta que cuando llegaron a Estados Unidos ya su esposa tenía 8 meses de embarazo. “Llegamos sin médicos, hospital, cuna ni casa. Casi rogaba que no se adelantara el parto. Con el apoyo de mi hermano es que logramos encontrar un hospital y tuve la oportunidad de estar con ellos en el parto”.
Entre risas, el político menciona que su hijo se llama Sebastián porque es el único nombre que habían podido debatir entre tantas cosas. “Yo le digo a mi hijo que, aunque nació aquí, no o pertenece a este país. Un día Vamos a regresar a una Venezuela libre por él. A pesar de que nació acá, lo primero que aprendió a comer fue arepa, después tequeño y después caraotas. No pierde sus raíces”.
“Lo que no se ve es lo más duro. Llegas a la nada y te preguntas ¿Cuánto tiempo voy a estar? ¿Qué voy a hacer? Tu vida empieza a ser una incertidumbre. Estas como preso del alma porque estás en un sitio que no quieres estar. Mi corazón y mi mente está en Venezuela y no puedo estar porque se me persigue”, asevera Vecchio.
El político asegura que el alejamiento de la familia, los seres queridos, la cultura, el problema migratorio; son cosas fuertes que ha tenido que superar. “Estar solo nosotros tres es difícil. Cuando nació el niño nos teníamos que dividir la tarea solo entre nosotros. Lidiar con que él no pueda compartir con sus seres queridos es rudo”.
“Yo no he querido pedir asilo porque eso me limitaba viajar y he estado a través de visa como profesor en varias universidades que me han permitido estar legalmente, y así puedo tener recurso. Además de una firma consultora. Yo tengo dos posgrados de universidades de acá y eso, además del background político, me ha ayudado”, agrega.
Vecchio resalta que cuando se habla de un preso político o un exiliado también se ve afectado su núcleo familiar. “Lo hemos visto en el caso de Leopoldo. Mi hijo y mi esposa son exiliados también porque ellos no quieren estar aquí. Mi hijo no tiene pasaporte venezolano. La única forma que logramos abrir un espacio es a través del pasaporte español de mi esposa. A ellos les pega igual”.
La vida de su esposa también se vio afectada por la persecución política del opositor. “Tiene una sobrina que acaba de nacer. Ella y su hermana no se pueden ver. Ella está sola todo el día con el niño mientras yo estoy en las actividades, pero entiende la lucha. Ha entendido que es parte del sacrificio que le toca a cada uno. Hay otros que han sido torturados, están presos o han perdido un familiar. Dios nos puso acá y aprovechamos este tiempo como familia y poniendo nuestro granito de arena para ayudar a los venezolanos”.
¿Es cobarde el que se va?
Vecchio asevera que salir del país no es algo de coraje o valor. “La lucha de 17 años te deja ver que el pueblo de Venezuela está lleno de lucha y de libertad. Tuvimos que ver dónde éramos más útiles. Yo estoy tranquilo con mi conciencia porque desde donde estoy me levanto para impulsar el cambio político en Venezuela. Yo no hablo de mi caso afuera, yo hablo de los demás, de los presos, de los torturados. Desde donde estoy he tratado de sumar ese granito de arena. Seguramente habrá quien critique, pero lo mejor es estar tranquilo con su conciencia. Solo Dios sabrá por qué me puso aquí”.
Mensaje al fiscal Nieves
“El fiscal Franklin Nieves dijo que ya el 9 de febrero él tenía las ordenes de captura sin importar los hechos que ocurrieran. No lo conozco. Si lo tuviera al frente le diría que él fue parte de este sistema de víctimas. Que lo que le quede de vida contribuya y ayude a que no se utilice en Venezuela la justicia para perseguir a quien piensa distinto y que sirva como un apoyo y soporte de nuestras denuncias”, relata.
“Subestimamos al gobierno”
Al preguntarle sobre qué haría diferente, una vez visto todo lo sucedido en estos dos años, Vecchio asegura que el detalle que dejaron pasar es que subestimaron al gobierno.
“No esperábamos que el gobierno fuera capaz de establecer un plan para asesinar a dos personas. Nosotros intentábamos recorrer Venezuela para plantearle al país que había una crisis y que se iba a profundizar si no se tomaban acciones oportunamente, que el responsable era Maduro y que los venezolanos teníamos que buscar una forma constitucional para salir del gobierno. Ese proceso debería durar meses, quizás años, pero el gobierno desato una dinámica no prevista por nosotros. Lo subestimamos”, afirma.
La lucha desde afuera
La única opción que tiene Vecchio es luchar desde afuera: “Si estuviera allá, estuviera preso. Aquí tengo la oportunidad de hablar, reunirme con parlamentarios, partidos políticos, ONG’s. Creo que cada vez que escuchamos respaldos a nivel internacional eso me da la satisfacción. Ha valido pena”.
“El día se pasa planeando con quién hablo para buscar conexiones, cómo organizar a los venezolanos en el exterior y haciendo todo el esfuerzo para seguir levantando la voz de Venezuela. En un año y medio podemos decir que la comunidad internacional cambió su visión sobre Venezuela. Ahora está clara de la ausencia de democracia y derechos humanos en el país.”
«Falta poco, muy poco»
“Cuando uno se mete en esto, siempre quieres que sea lo más rápido posible. En política nosotros entendemos que las cosas a veces no ocurren como uno quiere. Con satisfacción puedo decir que un país hoy está pidiendo la salida constitucional a esta profunda crisis en el marco de la aprobación de la Ley de Amnistía, que tiene un respaldo popular expresado el 6 de diciembre, que busca cerrar heridas y dar el primer paso para la reunificación de nuestro pueblo. Estos aspectos, sin importar cuanto dure la lucha, nos dan fuerza”.
El político espera regresar pronto al país y que la próxima vez que vea Venezuela, “seamos libre todos y, como dice el Acta de la Independencia, cuando buscaron la independencia lo hicieron para rescatar ese sueño eterno de querer vivir y morir libres en nuestra tierra y, al final del día, para allá vamos”.