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Google homenajea a René Laënnec, el pudoroso médico inventor del estetoscopio

Hoy, cuando se cumplen 235 años del nacimiento del visionario médico francés René Laënnec, Google lo homenajea con un doodle.

A René Laënnec (1781-1826), médico especialista en diagnosticar problemas torácicos, se le atribuye la invención del estetoscopio en 1816, luego de que ese mismo año se le presentara una curiosa situación: recibía a una joven paciente a quien tenía que comprobar el ritmo cardíaco con palpitaciones, y tocar los pechos habría servido de poco debido a su “gordura”. Por otro lado, el doctor consideró que la opción de aplicarle la oreja directamente era “inadmisible por la edad y el sexo” de la enferma. La ingeniosa solución que halló para salir del pudoroso apuro fue enrollar unas hojas de papel, formando un tubo, y acercar un extremo al busto de la paciente y otro a su oreja. De esta manera, el doctor pudo oír el pulso cardíaco de la joven y dar con la solución a un problema que llevaba tiempo atormentándole: la incomodidad y, sobre todo, la vergüenza que le suponía pegar su oído a los pechos de sus pacientes a la hora de auscultarles.

rene Laennec estetoscopio

El mismo René Laënnec describió la experiencia en su libro De l’Auscultation Médiate: “No me sorprendí ni me alegré poco al encontrarme con que podía percibir la acción del corazón de un modo mucho más claro y distintivo que nunca antes mediante la inmediata aplicación de la oreja”. La medicina había cambiado para siempre con el nacimiento del estetoscopio (también llamado fonendoscopio), nombre que responde a la conjunción de las palabras griegas stethos -que significa pecho- y skopein -que hace referencia al hecho de observar-. A su uso, al estudio médico llevado a cabo con él, se le denominó auscultación.

Luego del examen a la paciente, entrada en kilos, Laënnec mandó ese mismo día a construir un artilugio de madera hueco, de 30 centímetros de largo y cuatro de diámetro, de dos piezas, con un canal central de cinco milímetros y dos extremos en forma de embudo, el cual se encuentra alojado actualmente en el museo de Anestesiología Wood Library, de Chicago.

En la segunda mitad del siglo XIX, ya el instrumento era flexible y tenía dos auriculares, y con 100 años de historia ya existe un debate de si resulta necesario su uso en una época con tecnología de punta capaz de arrojar resultados mucho más precisos.

Un joven apasionado por la medicina

René Laënnec nació en la Bretaña francesa en 1781. A los 12 años se trasladó a casa de unos de sus tíos, médico práctico y profesor universitario, de quien se contagió de la pasión por la medicina. Sus estudios en esta ciencia iniciaron a los 14 años en la École Spéciale de Santé de París, ganó dos premios nacionales en 1803, y durante algunos años trabajó bajo la tutela del médico personal de Napoleón Bonaparte, el Dr. Corvisart, y del prestigioso Dr. Dupuytren.

En el año 1816 fue nombrado jefe del parisino Hospital Necker, lugar donde le tocó lidiar con la paciente mencionada, afectada de un mal del corazón, delante de su esposo y de su madre. Percibiendo en los ojos de la enferma un excesivo recato, el doctor desistió finalmente de este paso y redujo el reconocimiento a la toma de pulso y a la percusión del tórax.

La aportación de René Laënnec a la medicina se convirtió además, junto a la bata blanca, en el gran símbolo del galeno.

En la primera década del siglo XIX ya se había granjeado cierto renombre y había empezado a publicar en prestigiosas publicaciones médicas. Fue precisamente al final de este decenio cuando la tuberculosis se llevó a un miembro de su familia: su hermano. René Laënnec, sin embargo, parecía negarse a aceptar su propia enfermedad y creía que ciertos síntomas respiratorios que padecía se debían al asma. Pero la realidad se impuso y la tuberculosis se llevó también su vida cuando tenía 45 años.

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