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La transición indetenible

El país concluyó un 2015 sumamente accidentado y afectado no sólo por la caída sostenida del petróleo (después de los tributos es la única fuente de ingreso nacional) sino por una dinámica irresponsable y con altos costos para la población, el circulo vicioso agrupa un país y población en medio de la peor escasez de alimentos y medicinas, la mayor inflación y riesgo país del mundo unido a corrupción, altos niveles de endeudamiento, gravísimas distorsiones en materia de desequilibrios fiscales, monetarios y económicos que marcan no sólo el cierre del 2015 sino condicionan el 2016 como un año de profundización y agravamiento de la crisis, entre otras cosas por no tomar decisiones, por no formular una política económica viable, y por no contar con un tren ministerial preparado y en sintonía con la actual crisis.

Los venezolanos no somos extraterrestres a todos por igual a unos más a otros menos pero todos sin excepción nos afecta negativamente la situación del país, situación que podría ser diferente. Lo cierto del caso es que los venezolanos reaccionamos frente a la nefasta gestión y conducción del país y su economía, y eso se expresó en las elecciones parlamentarias del 6D donde la inmensa población venezolana condeno y castigó a un modelo, a una manera de hacer política no sólo profundamente divisionista, conflictiva y polarizante, sino empobrecedora y retrógrada que en líneas generales nos ha hecho retroceder como sociedad y ser el único país petrolero del mundo con las cifras terribles que tenemos de decrecimiento, inflación, endeudamiento, corrupción, pobreza y retrocesos.

Quiero insistir que el país transita su peor crisis en toda su historia, las magnitudes de esta crisis son astronómicas, no tienen antecedentes, y por duro que suene sencillamente estamos cosechando los resultados de la improvisación, discrecionalidad, corrupción, ineficiencia y naturalmente un modelo caduco, impopular, un modelo que fracasó estrepitosamente, un modelo que venía muy mal con el presidente Chávez y termino de agravarse y socavarse en este trienio con Nicolás Maduro, y eclosiona porque las tesis sobre las cuales está concebido el modelo no se corresponden con el progreso, el desarrollo, la iniciativa privada, globalización, pluralismo, tolerancia, valor agregado, empleo productivo, competitividad, educación, seguridad, emprendimiento y demás.

Quiérase aceptar o no el modelo no avanza y algo destaca o sobresale y es que la transición política y económica luce indetenible, la posibilidad de rectificar en la actual crisis no se vislumbra, y para tamaña crisis se requieren cambios profundos, un conjunto y andamiaje económico, financiero, fiscal y monetario que el gobierno no dispone ni asoma, por tal razón la sustitución del modelo depende de sustituir al gobierno, es una transición en un doble sentido política y económica, la no rectificación, el desperdicio de tiempo en la toma de decisiones en el bienio 2014 y 2015 y estos dos primeros meses del 2016 condicionan la estabilidad del gobierno, quien deberá debatirse entre renunciar, la convocatoria a una referéndum revocatorio y una explosión social que no es descartable dado el malestar y crisis generalizada del país, su economía y de los venezolanos.

Hemos dicho y repetido que el liderazgo de Chávez, amado, señalado, admirado y demás es sui generis, no tiene traducción o duplicado ni en el país ni en América Latina. La revolución bolivariana fue edificada en base a la figura única y protagónica de Chávez, su ausencia condiciona al llamado proceso herido en sus cimientos por la enfermedad y ausencia del Presidente, no hay relevo, los autodenominados hijos de Chávez son malos hijos, en la actualidad no hay gestión, ni logros y menos resultados positivos, solo pugnas entre civiles y militares por cuotas del poder y el presidente Maduro es preso de las dichas pugnas y por supuesto sus propias limitaciones, algunas muy obvias y demostradas en la conducción irresponsable del país. Chávez naturalmente ocupa un ciclo en nuestra historia y ese ciclo nace y concluye con él. La política del poder en estos años ha sustituido a la política de las ideas, y los ciudadanos seguimos despojados de poder e ilusiones, las realidades son crudas pero conducen al país y a los venezolanos a una transición política y económica.

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@rivasleone

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