Un halo de emancipación tunesina y un destello de E.T en la Berlinale 2016
Corresponsal para analítica desde Berlín, Martha Escalona Zerpa
Luego de la fulminante y bombástica apertura de la 66ª edición de la Berlinale 2016 el día de ayer con ¡Ave, César! la desenfadada comedia de los hermanos Coen y el impactante desfile de las estrellas del cine tales como George Clooney y su esposa Amal, Tilda Swinton, Josh Brolin, Meryl Streep, Clive Owen, entre otros, pierde el Festival de Cine de Berlín fuerza y tesitura al segundo día del festival.
La desilusión es grande en el público presente y las repetidas veces que se vacía una butaca en la sala de cine son tan sólo signos del descontento de los cinéfilos ávidos de buen cine.
Hoy se presentaron las primeras películas aspirantes al Oso de Oro, Inhebbek Hedi de Mohamed Ben Attia, Midnight Special de Jeff Nichols y finalmente Boris sans Béatrice de Denis Côté. A excepción de la primera, ninguna producción cinematográfica particularmente resaltante.
La película Inhabbek Hedi es la ópera prima del director tunecino Mohamed Ben Attia y cuenta la historia del joven Hedi, a quién la madre y el sistema familiar tradicional le ha construido toda su vida, el trabajo, la novia a quien casar, la casa en donde vivir y la carrera profesional. Sin quererlo y sin ser consultado está obligado a casarse con una chica a quien no conoce. Triste y apocado va por la vida con una carga de absoluta infelicidad. Por azar conoce a otra chica, de quien se enamora por primera vez en su vida y comienza un proceso de emancipación y autodeterminación en su vida. Como una parábola a la Revolución de la Primavera Árabe entre el 2010-2013 se va desarrollando ésta película nada grandilocuente, pero finamente contada.
Con la estrella de Hollywood Kirsten Dunst (Spider-Man, Melancholia) y el actor Michael Shannon le siguió la película Midnight Special del director estadounidense Jeff Nichols una explosiva historia con elementos de ciencia ficción, horror y drama familiar y evidentemente influída por el cine de Steven Spielberg y con clara referencia a dos de sus películas ET y Close Encounters of the Third Kind. La historia gira en torno a Alton (Jaeden Liebgerher), un niño de ocho años con poderes paranormales que ha sido adoptado por una secta que ve en él a un redentor ante la llegada del juicio final. Al mismo tiempo la NSA decide perseguirle, ya que es capaz de hacer caer satélites artificiales, descifrar códigos y parámetros secretos y rastrear cualquier emisora de radio del planeta. No obstante, la película fué recibida con tímidos aplausos.
La sesión culminó con la película Boris sans Béatrice del director canadiense Denis Coté, que gira en torno al antipático y arrogante Boris Malinovsky (James Hyndman), un hombre de negocio que en apariencia lo tiene todo. Su esposa, sin embargo, una mujer de éxito que es miembro del gobierno canadiense, padece una severa –casi catatónica- depresión y está inhabilitada de trabajar. B. Malinovsky comienza a ser confrontado con una especie de bufón siniestro, que le impone una proceso de cambio personal para, con ello, sanar a su mujer. Boris sans Béatrice no ha tenido la mínima acogida. Es mortalmente aburrida y moralizadora.
Después de que el festival estuviese el día anterior bajo el influjo de una declarada Clooneymania, el actor y su esposa Amal, abogada en el área de los derechos humanos, se encontraron en una reunión de trabajo con la canciller alemana Angela Merkel para hablar sobre la situación de los refugiados políticos en Europa y de cómo las ONG pueden trabajar cooperativamente con los gobiernos y, así encontrar soluciones a la actual crisis humanitaria. El cine, y con ello Clooney, da un paso a la realidad.
Una visita al principal centro de acogidos en el barrio Wilmersdorf de Berlín estuvo también programado por el actor y su esposa.
En el tercer día del festival, se proyectarán las películas Fuocoammare, de Gianfranco Rosi, L’avenir, de Mia Hansen-Løve y finalmente Mahana de Lee Tamahori.