Opinión Nacional

Venezuela, ¿País de grandes emociones?

Desde hace ya un año nuestro país está viviendo en un estado emocional altamente cargado. El liderazgo partidista nos ha llevado a punto de decir «basta ya !!» y la consecuencia de ello fue que los tres candidatos quienes más votos obtuvieron, estaban identificados en alto grado con cambios en las estructuras y actitudes de nuestra sociedad.

El feliz ganador, Hugo Chávez Frías, además logró ganarse las simpatías de aquellos que no votaron por el en su famosa rueda de prensa la noche misma de las elecciones. Creo que jamás en la historia democrática reciente un presidente recién elegido ha gozado de tanta popularidad y apoyo como el Comandante. Efectivamente parecieran dadas las condiciones para poder iniciar cambios profundos que se necesitan con urgencia.

Ahora bien, cuales son estos cambios a los cuales deberíamos aspirar ?

Ante todo queremos un gobierno que trabaje para el país, que nos inspire confianza y que efectivamente logre que los servicios básicos, como son salud, educación y seguridad personal funcionen bien. El buen funcionamiento de estos servicios debe ser tarea fundamental de absolutamente todos los gobiernos y por ende debe garantizarse la continuidad tanto en la planificación como en la ejecución de las tareas inherentes.

Queremos ver una administración honesta de los tesoros y bienes nacionales y ya que somos humanos y por lo tanto no siempre perfectos, la puesta en marcha de una administración de la justicia verdaderamente democrática, es decir, justicia para todos y no solamente para los que la pueden comprar.

Queremos un gobierno abocado principalmente a la mantención de la infraestructura del país, a mantener las vías públicas en buen estado, los hospitales salubres y bien dotados y los ascensores en los edificios públicos funcionando y que haga respetar y cumplir las leyes de tránsito sin discriminación.

Queremos empleados públicos que se dediquen a resolverle los problemas a la ciudadanía y no a crear más de los ya existentes. Para ello deben mostrar vocación de servicio y procurar la modernización de los procedimientos administrativos. Pareciera inconcebible llevar todavía actas escritas a mano o tener que esperar por la famosa firma de un alto funcionario.

Queremos cumplir con nuestras obligaciones de ciudadano respetuoso de las leyes sin tener que observar que hay personas privilegiadas para las cuales las leyes aparentemente no se aplican, como son especialmente aquellos cuya tarea es en forzar el cumplimiento de estas leyes.

Queremos un gobierno que fomente la creación de lugares de trabajo, SIN SER el aparato burocrático el gran empleador.

Queremos que nuestros gobernantes se responsabilicen por su gestión, quienes al iniciar su mandato nos digan claramente lo que quieren hacer y al terminar nos muestren con igual claridad donde han cumplido y que es lo que han dejado de hacer y por qué. Si han malversado fondos públicos los queremos en las cárceles y no como invitados a fiestas suntuarias.

Queremos continuidad en el desarrollo de nuestro país. Extrañamente, y este hecho indica claramente la desvirtuación del concepto partidista, siempre pedimos un «consenso político» para lograr esta continuidad, cuando ella debe ser la preocupación de todos los partidos democráticos.

Seguro que se podría alargar esta lista de peticiones, pero pasemos a considerar un poco el probable futuro del gobierno venidero y que actitud le recomendamos que tome a la hora de tratar los enormes problemas creados por 40 años de democracia ineficiente e incompetente:

Ante todo el gobierno se va a encontrar con las arcas vacías, y quizás con compromisos dejados por sus antecesores que limiten fuertemente su actuación. Para poder contar con la buena voluntad de la ciudadanía de aguantar las medidas, por más duras que tengan que ser para enderezar la administración austera de los fondos disponibles, hay que presentar claramente la situación y presentar en forma honesta y sincera los procedimientos a ser seguidos para poner la casa en orden y garantizar un buen funcionamiento, austero, del quehacer público.

La política monetaria a ser seguida debe tener como objeto la estimulación de nuevas inversiones para así procurar la creación de nuevos lugares de trabajo.

Los subsidios existentes deben estar dirigidos hacia los sectores de menores recursos y hacia los que inviertan.

Deben fijarse claramente los objetivos que justifiquen la distribución del presupuesto nacional y a la vez deben fijarse las responsabilidades de los sectores correspondientes, usuarios de dichos recursos.

Hay que ser realista: NO HAY NADA GRATIS, siempre hay alguien quien debe pagar por lo que se está consumiendo. El precio bajo de la gasolina favorece a los sectores de mayores recursos y estos se aprovechan de las posiciones irresponsables de los transportistas quienes efectivamente logran que no se decrete un aumente en forma gradual. En este caso paga la industria petrolera la cual se perjudica porque disminuye su capacidad de inversión. Estamos mordiendo la mano del que nos da de comer.

El gobierno debe ser eficiente en el cobro de las contribuciones ciudadanas. Esto no solamente quiere decir que castigará al que no cumpla, sino que al que quiere cumplir y pagar le facilitará el proceso administrativo correspondiente. Cuantos no pagan derechos de frente o trimestres de carros solamente porque no quieren perder medio o un día en el cumplimiento de cada una de estas obligaciones.

Por supuesto hay que modificar o rescribir la Constitución, o al menos enmendarla. Pero hacerlo no significa que nosotros mismos seremos mejores !! Hay que crear el consenso para la construcción de un país mejor, NO un paraíso inalcanzable. Ya hay muchos ejemplos en la historia de esfuerzos malversados, no hace falta que nosotros demostremos que ellos se equivocaron. Si seguimos el mismo camino, también nosotros nos estamos equivocando. Una nueva y actualizada constitución puede ayudarnos, y a veces obligarnos, a ser mejores ciudadanos, pero no nos dará de comer ni nos proveerá de alojamiento apropiado, ni tampoco de seguridad social y personal.

Está claro que el gobierno venidero gozará, al menos al principio, de un claro apoyo y mandato PARA MEJORAR EL BIENESTAR SOCIAL DE TODOS LOS VENEZOLANOS. Una nueva constitución con hambre, desnutrición e ignorancia no pondrá a nuestro país en el sitial que quizás se merece siempre y cuando lo alcanza trabajando en forma dura y honesta.

El presidente Chávez debe tener claro que NO será el solo quien resolverá todos y cada uno de los problemas que está viendo, sino que necesitará la colaboración de gente competente y honesta y un trabajo arduo y duro, NO palabras, para sacar el carro nacional del marasmo dentro en el cual está metido.

Quiero terminar esta manifestación de emociones reprimidas por demasiado tiempo para indicar que el Presidente Chávez y su gobierno lograrán poco si todos nosotros no nos ponemos de su lado y trabajamos, cada uno en su puesto, para cumplir en forma honesta y competente con nuestras tareas. Ayudemos a que el sector privado se encargue de desarrollar responsablemente el país y que el sector público se encargue del mantenimiento y buen funcionamiento de los servicios básicos. Aunque avancemos solamente unos cuantos pasos en esta dirección ya habremos sembrado las bases para una sociedad futura mejor. La dificultad de la tarea y la incertidumbre y temor de nuevos fracasos de nuestro liderazgo harán que seguiremos cargados emocionalmente un buen rato más, hasta que, y ojalá, veamos la luz al final del túnel.

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