Sobre las maldiciones
Quienes han leído el Deuteronomio seguramente recordarán lo que Dios dijo a los levitas al escogerlos como sus sacerdotes para bendecir y no maldecir: “Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió Jehová tu Dios para que le sirvan, y para bendecir en el nombre de Jehová… ”
¿Quien no recuerda que, cuando niño, le decían que maldecir es escupir hacia arriba, que la maldición, como la saliva, le cae a quien maldice sobre la cabeza.
En un acto de campaña en el estado Amazonas, Nicolás dijo: ““Si alguien del pueblo vota contra Maduro, vota en contra él mismo, le caería la maldición de Maracapana”. En otras palabras, maldecía, por adelantado, a la gran mayoría de venezolanos que no van a votar por él e incluso los partidarios del PSUV que se abstuvieran de votar. Escogió proferir la maldición en un estado con una muy elevada población indígena, recordando la batalla de Maracapana en la que los españoles lograron que muchos indígenas lucharan contra sus hermanos que se oponían al dominio español.
Todos quienes tienen una mente sana y se rigen por preceptos religiosos y morales entienden que no puede ser maldito quien vote por aquel que no goza de su preferencia. No puede recaer maldición sobre quien vote por Capriles o vote por Nicolás. El mensaje de Capriles es muy claro, cuando dice que nada tienen que temer de él los muchos chavistas honestos y sinceros, que él los respetará cuando sea presidente y que a él no le corresponde juzgar a quienes hayan incurrido en actos de corrupción, que el acto de juzgar es materia exclusiva de los tribunales y que deben hacerlo respetando el debido proceso, sin violar derechos humanos..
Hay que decirle a Nicolás que mida muy bien hasta donde puede llegar en su afán de identificarse con el comandante fallecido, que tanto maldecía. Lo único que es realmente maldito es la maldición.
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