La amarga ignorancia de algunos revolucionarios
Desde la instauración de la llamada V República (República Bolivariana de Venezuela) hemos visto, oído y leído una diversidad de personajes, posturas y argumentaciones, algunas las menos muy bien fundamentadas y versadas, otras que conforman la mayoría, no hacen sino reafirmarnos aquella máxima de que “LA IGNORANCIA ES ATREVIDA”.
Decimos esto porque estamos hasta el hartazgo de ver y leer cada romántico, iluminado e ignorante, que ungidos no se de que, se les ve con viceralidad escribir y defender lo indefendible. Olvidando que la racionalidad y los argumentos, conforman nuestros principales aliados a la hora de intentar realizar cualquier tipo de reflexión, discusión y/o defensa. Sin la lógica, la coherencia y los argumentos bien hilvanados difícilmente podemos avanzar en una discusión y reflexión que se etiquete de seria.
Recordemos que existen niveles distintos de conceptualización de lo político que distinguen al político profesional, al comentarista mediático, al hablachento y al profesor de ciencia política, así como una finalidad distinta en los propósitos de cada uno. El politólogo debe aportar conocimiento porque pretende realizar ciencia.
Nuestro pueblo (noble) ha sido defraudado antes y ahora, por viejos y nuevos caudillos, por viejos y nuevos partidos. Persisten los problemas, algunos con tendencia a agravarse, ¿Cómo hipócrita y descaradamente podemos afirmar que todo esta muy bien? … que navegamos en un mar de felicidad. Afirmar esto último constituye una soberana irresponsabilidad.
Recordando a José Ortega y Gasset, diremos que en la V República encontramos algunos irresponsables “abogadetes” de segunda fila y de medio pelo, que han llegado a señalar que los grandes problemas del país, se deben a la herencia nociva dejada por las oligarquías y que la ciudadanía no termina de interpretar el discurso revolucionario del presidente.
Simplemente, le recordamos a estos abogadetes ignorantes, en primer lugar que en nuestro país no hay oligarquías, estas las encontramos en países como Colombia y Ecuador. En segundo lugar, la única y verdadera revolución de Hugo Chávez es aquella generada por unas declaraciones, extravíos y decisiones, como el hecho de viajar al medio oriente. Le recordamos no sólo al señor presidente, sino a nuestro canciller, el Sr. José Vicente Rangel, que estamos conscientes de la autodeterminación de los pueblos y de la necesaria defensa de la llamada “soberanía”, pero ello no implica desconocer las reglas de juego y de observancia que nos atañen como país, por parte de estos recién llegados al poder.
La historia nos deja claro que el talento, la preparación y el conocimiento, salvo excepciones, nunca han sido cotizadas por parte de los liderazgos de corte autoritario de diverso cuño que ilustran parte de nuestra tradición. Recordando a José Ortega y Gasset diremos que la zorra estima y alcanza la madurez y dulzura de las uvas superiores, por oposición al abogadete resentido que odia la madurez y prefiere lo agraz, optando por lo inferior. Casi siempre estas criaturas reproducen su venenoso resentimiento. Lamentablemente vivimos rodeados de gentes qué no se estiman a sí mismas, y casi siempre con razón éstas criaturas y almas atormentadas, están condenadas a formar la plebe moral e intelectual de nuestra especie.
Es inútil que por medio de astucias bajas y ruines, como diría Maquiavelo, estas personas consigan hacer papeles vistosos y honorables dentro de nuestra sociedad. Estas almas atormentadas y desequilibradas, en algunos casos, aparecen ante sus propios ojos como falsificadores de sí mismos, como monederos falsos de trágica especie, donde la moneda defraudada es la misma persona estafada.