Economía (in) productiva
No me pidan, no nos pidan más cordura, les escribo a unos y a otros, a todos, pero de manera especial le escribo a quienes ejercen cargos públicos, al Presidente de la Republica, a todos los ministros del gabinete económico y por supuesto a todos los diputados de la Asamblea Nacional, el país realmente no da más, la economía está literalmente destruida con las peores distorsiones del mundo, nuestra productividad en el piso y es el resultado de los controles de precio y cambio, expropiaciones, erogaciones de masa monetaria, emisión de dinero inorgánico y demás.
Lean al país, por el amor de Dios interpreten el clamor de los jóvenes, de las madres, de los profesionales, del venezolano común y corriente que padece de hambre, que no consigue un buen empleo, que los pocos churupos que recibe de salario se esfuman con la peor inflación del mundo, ese mismo venezolano que no consigue medicinas para curar sus dolencias, ese venezolano que se la está hiendo la vida en una continua cola y estrés, escribo en nombre de la madre que con un salario mínimo no le alcanza para las meriendas de sus hijos, el padre que tiene un hijo enfermo y los hospitales públicos no le garantizan asistencia, medicinas y demás, y hay un sin número de personas, de situaciones, de casos de venezolanos que padecen esta grave e injusta crisis producida por torpezas, por miopía, por ineptitud y más.
Señor Presidente y gabinete económico el modelo está roto, fracasó, nos empobrece cada día, admitan la gravedad de esta crisis, asuman los costos, entiendan que con más intervencionismo, mas decretos, mas regulaciones de la economía y de deprimido sector privado ni la economía ni el país mejoraran, ustedes están empeñados en el error de atacar los resultados mas no las causas de los enormes males y distorsiones reproducidas en esta última década de manera sostenida, miren a los países y economías vecinas, e inclusos, a los países petroleros cercanos que si bien tienen problemas y fluctuaciones como Colombia, Ecuador o México nunca jamás registran los graves problemas y magnitud de los nuestros.
Lo registrado en Venezuela en tiempos de revolución sencillamente no tiene antecedentes, los daños materiales, institucionales, espirituales han afectado para mal integralmente a toda una sociedad y población que ha retrocedido a peores y nefastos indicadores y situaciones, incluso peores a 1998 cuando fue electo el presidente Chávez.
El gobierno reitera sus errores, no rectifica, profundiza sus tesis y distorsiones, no sólo quiere entrar a la casa y oficina no por la puerta principal sino por la ventana del baño, intenta corregir la crisis y graves distorsiones en el contexto macroeconómico con tenues, timoratas y desfasadas medidas de política microeconómica, asociadas a mas inventos de agricultura urbana, gallineros verticales, cultivos hidropónicos en casas y apartamentos, y un sin número más de dislates que no se corresponden con el desarrollo, progreso, ni con las ideas y tesis del siglo XXI y globalización ancladas en valor agregado, derechos, garantías, iniciativa privada, logros, calidad de vida, educación, tecnología, servicios públicos y otros distantes de las ideas, tesis y medidas implementadas por el presidente Chávez y Maduro respectivamente.
Las medidas, los anuncios, el decreto de emergencia económica son desacertados, son más de lo mismo, son pedestres, retrógradas, es más poder, mas discrecionalidad, es sencillamente una nueva habilitante, un cheque en blanco y patente de corso para hacer y deshacer y en nombre de una emergencia seguir manejando sin control recursos, medidas, expropiar, afectar. Sencillamente lo que está claro no necesita anteojos y lo que el Presidente de la República y sus ministros promueven no tiene nada que ver con una propuesta viable de desarrollo, progreso, crecimiento y por ende una economía productiva. No se puede curar un cáncer o sida con atamel o dramamine, un amateur o aficionado como algunos de sus ministros no tienen la formación, pericia, experiencia, experticia y calaje para enfrentar una crisis con estas magnitudes. Un paramédico o enfermero por mejor voluntad que disponga no puede mejorar un paciente grave que en una unidad de cuidados intensivos (UCI) requiere de un medico intensivista y experto en medicina critica así de simple.
Por el amor de Dios dejen de ser perversos, piensen todos unos y otros en el país, los venezolanos no merecemos esta nefasta historia de un país inmensamente rico con una sociedad arruinada. Basta ya de palabrejas, de términos y excusas. La única manera de salir de esta crisis nacional es uniendo esfuerzo, sumandos sectores, es avanzando con un sentido autocritico, con verdadera voluntad, dejando los interés grupales o político partidistas. La historia pudo ser otra, con lamentarnos no corregimos nada pero es preciso admitir la gravedad del problema y crisis y cambiar el modelo ya.
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