¿Uniforme militar ó logotipo del MVR?
Existe un fundamental error en el reclamo que, tanto sectores militares como civiles, le hacen al Presidente de la República por el uso del uniforme militar. Aunque son legítimos los reclamos que resaltan la incongruencia de que un general se cuadre ante un teniente-coronel, el verdadero reclamo debería fundamentarse en el hecho de que –no el Presidente de la República, sino el presidente y candidato del Movimiento Quinta República- utilice al uniforme militar como logotipo de su partido político.
Porque eso es precisamente lo que ha estado ocurriendo desde que Hugo Chávez se lanzó a la arena política como aspirante a la primera magistratura –cosa que aún no deja de hacer, porque después de más de dos años en estas lides, aún sigue siendo candidato-.
La experta opinión de profesionales del mercadeo y la publicidad, de los asesores de imagen y de otros profesionales especializados en elaborar campañas para influír a la opinión pública o captar el favor de un determinado segmento de mercado, podrían corroborar esta afirmación.
La credibilidad, admiración y respeto que los venezolanos manifiestan hacia las Fuerzas Armadas, es una de las más firmes en nuestro país, al lado de la Iglesia Católica y los medios de comunicación social.
Por ello, el interés y la insistencia del candidato del gobierno en colocar el uniforme militar cómo símbolo o logotipo en su propaganda proselitista. Esto lo ha hecho hábilmente con la gorra militar, porque la de los paracaidistas es una boína roja, que no es de uso exclusivo de los militares, y puede usarla en su propaganda sin violar disposiciones legales.
No puede hacer lo mismo con los trajes militares, pero sin ninguna duda, la constante y reiterada aparición del candidato uniformado en las pantallas de televisión, no es accidente, tampoco es por capricho o nostalgia; es un acto deliberado para “imprimir” en la mente de los televidentes, al uniforme militar como el logotipo de su partido.
Hoy en día, la herramienta más importante en las campañas electorales de todo el mundo, es la televisión, por ser éste, el medio de mayor penetración y el más eficiente en usar imágenes para transmitir ideas e información. Por lo que no es necesario que los volantes, afiches o avisos en diarios y revistas, presenten al candidato uniformado; ya que esta tarea la hace a través de la televisión.
¿Porqué lo hace? ¿Porque cree en la concepción ceresoleana del trinomio pueblo-caudilllo-ejército?
Pues nó. Lo hace para que los simpatizantes de su candidatura, no perciban la hoz y el martillo; la solitaria estrella dorada sobre fondo rojo, el rostro de un joven de pelo largo, barbudo y con boína; el puño izquierdo alzado, o la mano izquierda que empuña la rosa socialista.
Si el candidato del gobierno le mostrara a los venezolanos cualquiera de estos logotipos que han identificado durante décadas en todo el mundo a los partidos socialistas y comunistas, y que legítimamente representaría la concepción político-ideológica de los partidos que conforman el polo patriótico, sin ninguna duda su popularidad sería muy diferente a la que registran las encuestas.
El candidato y sus asesores, utilizan la imagen de las Fuerzas Armadas, para evitar el innegable rechazo político que se patentizaría si mostrasen su verdadero rostro. Cómo ha ocurrido en nuestro país –sin excepción- en todas las campañas electorales celebradas desde 1958 y en la que los socialistas y comunistas participaron.
Lamentablemente, este abuso y engaño al electorado, no será fácil de corregir, porque lastimosamente, la inmensa mayoría de los venezolanos cree firmemente en el estereotipo de que el militar es “recio, mandón, inflexible y tozudo”; por lo que aún despojándose de su uniforme, subliminalmente seguirá percibiendo al candidato del MVR, como a un “representante” de las Fuerzas Armadas y creyendo que él –a pesar de su nada ortodoxo comportamiento- sigue poseyendo las virtudes militares que supuestamente adquirió durante su permanencia en filas.
Pero no por ello debemos dejar de hacerle ver a los venezolanos esta nada ética uilización de los símbolos militares, y lo que se oculta detrás de este camuflage.