Sexta cita con las urnas en año y medio
A este ritmo el comandante presidente pronto nos va a enterrar a todos. Una elección más, traerá consigo innumerables cadenas que nos atarán a nuestras poltronas esperando que pase el aguacero y regrese la alegría y porque no la cordura.
Y si usted piensa, amigo lector, que con las mega de mayo terminarán los idus, pues no sea iluso que por allí vendrán referéndum revocatorios, aprobatorios, y demás calificativos que la democracia directa nos impondrá sin el menor derecho a pataleo.
La democracia participativa es un escenario en el cual el único que participa y goza es nuestro militar-cívico Presidente. Todas las luces, toda la atención está fijada en él, el gran comunicador, el gran líder, el nuevo Libertador de los desposeídos.
Por ahora, para usar su frase más famosa y que vale mucho más que las que pueda habérsele ocurrido a Nietszche en “así hablaba Zaratustra”, el pueblo parece gozar el espectáculo. Las cadenas molestan sólo a esa innecesaria clase de los seres pensantes, pero esos no tienen importancia ya que lo único que cuenta son los descamisados, (perdón, me equivoqué estaba pensando en Perón ).Lo que cuenta es “El Soberano”, diría yo soberano penepén , que no se da cuenta de que está recibiendo más de lo mismo y en cierta medida peor. El recuerdo involuntario al general Perón me hace pensar en lo que le costó a la Argentina su régimen y me da escalofríos pensar que vamos por el mismo camino.
Palabras y más palabras, viajes y más viajes, ideas y más ideas, proyectos y más proyectos, discursos van discursos vienen, pero como se dice en criollo todavía no se le ve el queso a la tostada. A lo mejor es que no saben hacer arepas o las vacas emigraron.
La tragedia de Vargas que ha enlutado a numerosos hogares venezolanos y ha desalojado a muchos mas pudiera ser la oportunidad de oro de este gobierno para mostrar que es lo que este pitcher tiene en la bola. Un plan inteligente, unido a una capacidad gerencial de llevarlo a cabo vale mas que cien elecciones. Vargas pudiera ser el lugar en el cual el gobierno gane su primera batalla o sufra su gran derrota. El litoral central es el único verdadero lugar de desahogo de los inquietos y volubles caraqueños. Ningún gobierno sobrevive mucho tiempo sin pan y circo, a menos que sea Fidel, pero eso son otros cantantes. Aquí en la tierra de gracia se requiere producir resultados, la gente espera mucho del gobierno y si este no lo logra pronto, entonces amárrense los pantalones que lo que viene es eneas.