La soledad de Vicente Díaz
1.59% es la brecha pírrica, escuálida, que según el Consejo Nacional Electoral, permite investir a Maduro como Presidente. Ya lo había advertido: el chavismo es frágil y vulnerable sin Chávez, es más, sin subestimar su capacidad de rehacerse, creo que tiene los días contados.
3.200 reparos o irregularidades van a consignar Capriles y la Mesa de la Unidad ante un CNE autista y sordo a esa demanda. Porque su función institucional no existe, es sólo un parapeto más del andamiaje que aquí se ha superpuesto en los últimos diez años saboteando las leyes, y sobre todo, la Constitución.
El simulacro de Democracia ha llegado a su fin. Aquí lo que ha existido es una autocracia electoral muy bien orquestada bajo la asesoría cubana, y porque no decirlo, la complicidad de una oposición que a pesar de algunos reclamos sinceros, se ha mimetizado al nuevo status quo. Por fin Capriles y compañía han abierto los ojos y entendido que bajo estas “leyes electorales” nunca se podrá acceder al poder. Nadie, en su sano juicio, abandona sus privilegios aparentando ser un demócrata, y en esto, los discípulos sí que aprendieron las lecciones del maestro ido.
Ya uno no sabe si Vicente Díaz es un infiltrado que se hace pasar como representante de la oposición o un hombre que de verdad cree en la legitimidad del CNE. Para empezar es una despropósito mantenerse al frente de una institución obscenamente parcializada, por no decir, militante a favor de la causa del régimen de turno. Reitero, con el actual CNE la oposición no se encuentra representada como actor legitimo. Siempre será la víctima propiciatoria, el cordero sacrificado, para que unos cuantos vivos logren mantenerse en el Poder y aparentar una sospechosa institucionalidad.
La soledad de Díaz es patética, y su manifestación solitaria de proponer una auditoría del 100% de las cajas donde se encuentran los votos, una completa ilusión. Ninguna de las cuatro restantes Rectoras pro chavistas ni le acompañaron ni le respaldaron. El que quiera creer, luego de estos eventos, en la aún mínima credibilidad del CNE, que se “fume una lumpia”.
Lo que sí es evidente, es que pudiéramos estar entrando en territorio desconocido, y la oposición, que teniendo los votos aún pierde el gobierno, tendrá que mantener una firmeza que ahora se vislumbra como salvadora.
DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS DE LUZ