Opinión Nacional

El dilema venezolano

Si algún momento de nuestra corta historia republicana ha merecido ese dramático adjetivo de crucial, es el que hoy vivimos. No sólo por lo que está en juego —que es todo— sino por la velocidad pasmosa de los cambios de factores y posiciones que hacen muy difícil este oficio casi de futurólogos que son las ciencias políticas. Sin embargo cada cual tiene que arriesgarse en su terreno y este es el mío.

Hasta el lanzamiento formal de la candidatura del Teniente Coronel Francisco Arias Cárdenas, las opciones parecían claras, dado que el establishment creado por la quinta república contempla una dictadura constitucional o plebiscitaria y no una democracia representativa, que no existe equilibrio entre los poderes públicos, que los magistrados del TSJ, como los directores de CNE son simples subordinados del presidente de la República, que el otrora Soberano Congreso Nacional es una asambleilla disminuida, chucuta, como diría ese famoso corrupto Juan Pablo Pérez Alfonzo, no había posibilidad alguna de unas elecciones realmente democráticas. En ese terreno he sido claro y persistente: sin un nuevo arbitro electoral imparcial y sin la unidad total de la oposición para cada cargo elegible, sólo quedaba la ABSTENCIÓN, y una abstención abierta y combativa. Deslegitimar el gobierno hasta sus bases.

Cómo cambia el análisis anterior la candidatura del gobernador del Zulia, no lo sabemos todavía, pero abre interrogantes que deberemos tener claros antes de las elecciones, que muy probablemente serán en la fecha fijada de acuerdo con la constitución bolivariana, es decir en agosto y no a finales de mayo, de lo contrario el relajo legal llegaría hasta la vecindad del Chavo.

(%=Link(«/bitblioteca/hchavez/»,»Chávez»)%) ha tenido la capacidad sobrehumana de abrirse un nuevo frente de lucha cada día, su esencia es la confrontación. Se ha enajenado una gran parte del país pensante, que podría haberle permitido aparecer como un hombre amplio y bien asesorado, pese a sus personales e inocultables deficiencias. Recuerdo que siendo presidente electo, en un aniversario de El Nacional, en el Hotel Caracas Hilton, me encontré con un querido ex alumno y el hijo de un amigo fallecido –ambos chavistas- y la expresión exacta que utilizaron, refiriéndose a los futuros y fulgurantes “consejos de ministros” (la minúscula es deliberada) es que iban a ser como los del General Juan Vicente Gómez (mayúscula deliberada), yo esbocé una media sonrisa. ¡No ha conocido el país mayor cáfila de ineptos e incapaces, pusilánimes y sobones!

No hay posibles dudas cualitativas como hombres entre el gobernador y el presidente. Arias tiene una labor importante que lo avala, además es inteligente, comedido, prudente, eficaz, buen gerente según los zulianos. Chávez en 13 meses no ha hecho sino sembrar el odio social y el revanchismo, “crear” casi literalmente un sentido de clases que nunca existió en Venezuela, ni siquiera antes de la Guerra Federal, en los momentos más duros de combate político entre liberales y conservadores ¿quién era la pluma y la cabeza de los escarceos doctrinarios por los godos o conservadores? : Juan Vicente González, un hijo expósito abandonado frente al convento de los Neristas. A su vez Tomás Lander y Felipe Larrazabal pertenecían a la “aristocracia criolla” y eran dos de las tres más ilustres cabezas del liberalismo, esto lo saben todos menos Chávez. Hoy el presidente está cosechando su siembra de odios, el país está desesperado de salir de él o al menos de que alguien le haga contrapeso. Con Arias en la calle es muy difícil la abstención.

El joven comandante catalizará sin que se pueda impedirlo el Himalaya de rencores que ha dejado en su extenuante paso por el poder el pitcher de Sabaneta. Vistas así las cosas tenemos una inmensa responsabilidad para con el país aquellos que de una u otra forma creamos opinión. Arias Cárdenas tiene que dejar claro frente a la historia, a su nación y a sí mismo, su idea del país y hacia donde quiere conducirlo. Necesitamos, saber sin ningún prejuicio, que piensa hoy 12 de marzo del año 2000, Francisco Javier Arias Cárdenas de:
Los términos y vigencia del “proyecto” jurado en Güere.

Los decretos de Kleber Ramírez, dados a conocer después del 4 de febrero de 1992.

Los fusilamientos en el estadium.

La relación con el marxismo sea cubano o nacionalizado.

El pensamiento (?) de Norberto (%=Link(«/bitblioteca/ceresole/caudillo.asp»,»Ceresole»)%).

El pasticho nazi-facista-peronista que sufrimos hoy.

Las instituciones democráticas.

La libertad.

La propiedad privada.

Dentro del respeto a las tres anteriores ¿qué pienzan Izarra, Urdaneta y Acosta?
Con al menos estas interrogantes claras y presionando por todos los medios para asegurarnos un árbitro electoral confiable y un TSJ no servil. Ud. puede ser nuestro presidente, antes no.

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