Andrés Stambouli: brujo o politólogo

En varias oportunidades hemos leído algunos artículos y sobre todo hemos seguido un par de entrevistas del profesor Stambouli, la última de estas a la que haremos referencia se dio en el programa triangulo conducido magistralmente por el periodista Carlos Fernández el martes 30 de mayo. Stambouli compartió el resto del panel con tres personalidades más, dos de ellas politólogos al igual que él, son los casos de Pedro Guevara y Miguel Manrique que por cierto se manejaron bastante bien alrededor del tema debatido, no así Stambouli quien en sus intervenciones aparte de no convencer y argumentar lo suficiente, no se distinguía si el entrevistado era un brujo o un politólogo.

En su primera intervención llego afirmar que “la suspensión de las elecciones no cambiaría nada, nacional y regionalmente se mantendría el mismo escenario electoral , además de que Chávez ganaría abiertamente con más de veinte puntos” Frente a tal disparate no nos queda más que precisar algunas cuestiones que a nuestro parecer echan por tierra la afirmación de citado politólogo:

En primer lugar, mi tía Débora no tuvo que estudiar Ciencia Política, ni hacer un postgrado, ni estudiar la teoría de los juegos (incluyendo el dilema del prisionero y los trabajos de J Von Neumann y Morgenstern), la de la elección racional, la teoría de la acción colectiva de Marcun Olson o de la acción comunicativa de Habermas, o el sistema AGIL de Talcott Parsons, ni tampoco la Teoría de la Estructuración y mucho menos la tercera vía de Anthony Giddens, para afirmar lo mismo y coincidir con Andrés Stambouli.

En segundo lugar, nos parece una LIGEREZA de este colega caraqueño el lanzar tal aseveración si un referente teórico – empírico. Cuando el CNE – el TSJ o la Comisión Delegada (Congresillo) decidan llamar a lección, veremos si el escenario electoral actual no varía.

En tercer lugar, una cuestión que Don Andrés debería tomar en cuenta cuando intenta hacer PROSPECTIVA ELECTORAL, es el hecho de diferenciar y separar lo nacional de lo regional – local, dado que tienden a evaluarse como debe ser por separado. De manera que muchos optaran por apoyar en el plano nacional la candidatura de Chávez Frías, otros a Arias Cárdenas, lo cual no implica que se deje de votar por ,las gestiones y liderazxgols regionales. Es decir, el hecho de que un mirandino vote por Chávez no implica que lo deje de hacer por Enrique Mendoza, lo mismo sucede en Carabobo con Salas Feo, en Yaracuy con Eduardo Lapi, en Falcón con José Curiel o en Táchira por el Cura Calderón. Si bien es cierto que el efecto portaviones funciona en un determinado nivel y fase no es menos cierto que lo nacional y regional se evalúan por separado.

En cuarto lugar, en la actualidad no podemos desconocer que las preferencias favorecen a Hugo Chávez. Sin embargo, no es menos cierto que el mismo viene en caída y desgaste, no sólo por una gestión ineficiente y con sonados casos de corrupción, vasta ver los casos del CNE y de CAVENDES. Sólo dos países en el continente habían suspendido sus elecciones Haití y República Dominicana, ahora hay un tercero Venezuela.

En quinto lugar, la oposición liderizada por Francisco Arias Cárdenas muestra una crecimiento lo suficientemente apreciable, que en un momento dado, sobre todo aprovechando la prorroga de las elecciones, pudiera estar derrotando al oficialismo de turno, estos lo decimos por varias razones:

1.- Arias Cárdenas obtendría una importante votación en los estados de mayor peso electoral como Zulia, Miranda, Carabobo, etc.

2.- Un porcentaje importante de electores 1.073.342 (Inscritos – reubicados y actualizados) que conforman el 9% del actual REP, y que por diversas razones no participaron, hoy por un descontento y la posibilidad real de un cambio estarían participando con el resurgimiento del llamado Voto Castigo, contra Hugo Chávez, votando así por Arias Cárdenas.

3.- Otro factor que merece destacarse es que la clase media en los últimas convocatorias, se abstuvo de participar, por descontento, falta de motivación e identificación con los candidatos del momento ( Irene Saez; Luis Alfaro Ucero – etc), hoy encontramos condiciones distintas, entre ellas que hay una clara identificación entre Arias Cárdenas y este importante sector, además de una opción de cambio.

4.- El voto chavista duro que en los mejores momentos alcanzo menos del 30% de los electores (3.700.000) este número y cifra siendo conservadores mermo un 10%, que conforman alrededor de 370.000 votos que no necesariamente están con Arias Cárdenas pero que no mantendrán su apoyo al caudillo.

5.- Finalmente, el factor determinante en el posible triunfo de Arias Cárdenas radica inequívocamente, no sólo en el desprestigio de la gestión de Chávez incluyendo CAVENDES – CNE y la ineficiencia en el manejo del Estado y la economía, sino en la ABSTENCIÓN ELECTORAL esta para diciembre de 1998 fue de 36,20%; para el referéndum consultivo (Abril de 1999) fue de 62,20%; para la elección de los miembros de la ANC la abstención se ubico en 53,70% y finalmente en la última consulta electoral este indicador se ubico en 54%. Si Arias logra movilizar y convertir un 10% de esa población de abstencionistas en votos, la cuestión se torna más que interesante.

Por otra parte, le recordamos al profesor Stambouli, que los politólogos deberíamos de ser más cuidadosos a la hora de emitir nuestras opiniones, las cuales les pasa muchas veces como las encuestas, hacen ver una determinada tendencia y posición como la verdad cuando no es así. Ya su colega Ricardo Combellas con su actitud genuflexa no hizo mucho daño a los politólogos serios que hemos asumido desde hace años una actitud responsable, ponderada y comprometida no con unas siglas o agrupación especifica sino con nuestros pares y conciencia. Por último, algunos hemos observado que usted copio algunos ademanes, incluyendo sus lentes e impostación de la voz del politólogo y jurista turines Norberto Bobbio quien en el momento de su madurez se parecía mucho a usted, este teórico de la democracia y compilador del mejor diccionario de política en lengua española con más de diez ediciones y traducciones cuenta en su haber con numerosas conferencias, entrevistas, artículos y libros que bien pueden servirle como ejemplo de la postura que se debe asumir.

(*) Politólogo