Oposición ganó una elección nacional después de 17 años, por Eugenio Martínez
Por primera vez desde que Hugo Chávez llegó a la presidencia de Venezuela en 1998, las fuerzas políticas que lo adversan lograron derrotar a su movimiento en una elección de ámbito nacional.
Aunque el chavismo perdió el referendo constitucional celebrado en el año 2007 por una diferencia de apenas 124 mil votos (1,41 puntos porcentuales) los resultados del 6 de diciembre constituyen la primera elección (no referendo) de ámbito nacional en la cual el Estado venezolano no logró imponer el impacto de su maquinaria.
Por lo tanto el resultado del domingo 6 de diciembre es histórico. No solo por ser la primera derrota oficialista de ámbito nacional, sino por la extraordinaria e inédita participación de 74% de los votantes para unos comicios parlamentarios, y porque por primera vez desde el año 2000 una fuerza política logra obtener el control de las dos terceras partes de la Asamblea Nacional.
En otras palabras, la oposición, al tener el control de 112 diputados logró algo que el chavismo nunca pudo conseguir (aún con Hugo Chávez vivo). Este hito fue posible porque la Ley Electoral que el oficialismo hizo a su medida en el año 2009 en esta ocasión los castigó severamente.
No se debe olvidar que los candidatos oficialistas obtuvieron 41% del total de votos válidos; sin embargo el sistema mayoritario que impusieron en el país para los comicios parlamentarios de 2010 provocó que en esta ocasión apenas pudieran capitalizar 33% de las curules en la Asamblea Nacional (55 diputados), mientras la oposición, capitalizando 56% de los votos de ámbito nacional, logró obtener el control de 67% de las curules (112 diputados).
Si el chavismo no hubiese modificado el sistema electoral en el año 2009 los resultados del 6 de diciembre hubiesen supuesto para la oposición solo 94 diputados, dejando al oficialismo con 69 parlamentarios y permitiendo que las fuerzas minoritarias de la política venezolana (fuera del Gran Polo Patriótico y de la MUD) obtuviese, al menos, 4 parlamentarios.
No obstante, es terriblemente injusto reducir el triunfo opositor a los beneficios del sistema mayoritario. No se debe olvidar que, con la excepción de las elecciones locales del año 2013, la oposición venezolana viene experimentando un crecimiento lento, pero sostenido, en su votación nacional en los últimos cinco años.
Si se compara la votación obtenida en las elecciones parlamentarias de 2010 contra los resultados del 6 de diciembre se encuentra que mientras la oposición crece desde 48% hasta 56%, el chavismo cae desde 48% hasta 41%.
Sin embargo, aunque en este momento existe un debate en la opinión pública en torno a si la oposición capitaliza abiertamente el respaldo que pierde el chavismo, los datos de votos totales obtenidos por ambos bloques desde el año 2013 parecen sugerir que aunque la oposición pudo capitalizar en parte el descontento, la pérdida de apoyo del chavismo se concentra en la abstención. Esto significa que el trabajo pendiente de la oposición y el oficialismo está en este grupo de descontentos, el chavismo para volver a capitalizar su apoyo y la oposición para sumarlos a su base de apoyo electoral.
No se puede obviar, por ejemplo, que el chavismo retrocedió en la votación obtenida en el 98% de las parroquias del país. En estas jurisdicciones existe una retroceso promedio de 11%: Sin embargo, aunque la oposición creció en 70% de las parroquias, mayoritariamente ese crecimiento no supera el 5%, al punto que el promedio de crecimiento por parroquia es de 2%.
Emigración y voto nulo
Dos factores no pueden pasar desapercibidos en la lectura de los resultados del 6 de diciembre. El inusual incremento de voto nulo que alcanza (en el caso del voto lista) 4,77% de los sufragios, merece un análisis detallado en las próximas semanas, especialmente porque estos sufragios se concentran regionalmente en los estados con mayor tendencia a votar por el oficialismo, y localmente en los centros de votación con mayor ventaja para el chavismo.
Entendiendo que el sistema electrónico de votación es idéntico al empleado en 2010, elección en la que se reportaron solo 2,5% de votos nulos a nivel de las listas, se piensa que el incremento de este error podría deberse a una decisión deliberada de los votantes.
En este momento, la principal hipótesis que se maneja para explicar el inusual número de votos nulos concentrados especialmente en las zonas con más diferencia a favor del chavismo, es la reacción de los electores a la presión del Estado para acudir a votar; sin embargo aún se carece se elementos que sirvan para responder plenamente a esta hipótesis.
Otro elemento que no debe obviarse es el impacto de la emigración. En teoría ésta se concentra en los sectores con mayor tendencia a votar en contra del chavismo, y podría servir para explicar por qué en los centros de votación en donde la oposición domina ampliamente el nivel de participación es inferior a la media nacional que se ubica en 74%.
Silencio del CNE
No puede dejar de mencionarse tampoco que según los reportes de la Sala de Totalización del CNE para las 9:04 pm del domingo 6 de diciembre 36.540 mesas de votación, de las 40.601 desplegadas en todo el país, estaban cerradas y las máquinas de votación que funcionaban en ellas habían trasmitido satisfactoriamente sus reportes de escrutinio.
Este dato, no menor, es el mejor ejemplo de que el retraso en la divulgación de resultados obedece más a consideraciones de orden político que a una deficiencia en el sistema automatizado de votación. De hecho, a un año de las elecciones regionales, debería comenzar a plantearse como un debate de opinión pública la forma en que en la autoridad electoral debe ofrecer los resultados electorales a los venezolanos.