Las gatas locas
“El miedo en sí no es nada… es el miedo a tener miedo
lo que hay que evitar. Es ese miedo al cuadrado
lo que los aniquilaría”
Jean Echenoz, Nosotros tres
Las mascotas del Presidente se reúnen de madrugada, consultan asesores de imagen, y hasta se atreven a narrar en televisión el derrotero seguido por su vida en pareja con Ignacio. Al igual que el comic que tanto disfrutaba el pintor Joan Miró, los Ex Amigos (de la camada del PPT a buena porción de la clase media “intelectual”) son maltratados y humillados como “La Gata Loca”. Y a pesar de haber recibido sendas palizas verbales y económicas, por parte de su amado Ignacio, ahora Presidente, ellas siguen allí: maullando, ronroneando, quizá esperando las sobras que les permitan terminar de pagar el apartamento que les otorgó el camarada del Centro Simón Bolívar.
¡Maltrátame amor!
Privación y refuerzo son utilizados por investigadores para entrenar simios, ratas y otras especies del Orbe, en complejas tareas como levantar palanquitas y escapar de laberintos olorosos a queso. Igual programa utiliza Ignacio con sus mamíferos importados del MAS, MVR, IPSN, PPT, GENTE EMERGENTE y NRD, entre otras guaridas. Reforzados con premios verbales del tipo “Usted será Ministro”, mucho revolucionario pinta paredes se convirtió en forjador de la quinta República Bolivariana. No obstante, la mayoría de estos jugadores sólo han recibido “El Presidente lo llamará después” como pago a su brillante sumisión… Así, indignados por la displicencia de Ignacio, algunos se reagrupan como Alter Egos pero mejores (dicen) del Presidente, mientras otros siguen allí, con el trasero rojo de tanta patada, mas el alma estoica, esperando el cargo aunque sea en provincia.
Fería de la Alegría
Esencialmente, vivimos dentro de una densa niebla de nostalgia. Este régimen autista sólo concibe el mundo bajo los parámetros de la “Feria de la Alegría”. ¡Al demonio! la brecha entre nosotros y los países industrializados, lo que importa es que el pueblo sonría… De esta manera, se inauguran instituciones tan mal montadas como las escenografías utilizadas en los programas sabatinos de los setenta. “Lo valioso es que la gente sienta que lo hicimos por ellos”, le escuché decir a un testaferro del Plan Bolívar Sin Fin… Hasta la Defensora del Pueblo aceptó su cargo a dedo, violando la Constitución que promete defender para nosotros, pero bueno, sus hermanos mininos necesitaban empleo y, al igual que Ignacio, ya acomodó a la familia en la improvisación pública sucedánea del Gobierno Central.
El estilo es el hombre
Debo admitir mi mermada capacidad para entender el nuevo estilo de ser y estar de los chavistas. Y si Roberto Hernández le ofrece al voto al primero que diga una frase inteligente, yo le garantizo mi abstención al más bestia de los postulados. Repito, sé que de tanta demencia e ineptitud gubernamental debe salir un flamante modelo político, poblado de sótanos, rupturas, avaricia, tristezas, estafa, miseria, adulación, muerte y, si la suerte danza, parricidio.