Chávez y el terrorismo
La situación venezolana a raíz de los acontecimientos ocurridos en la Plaza Francia de Altamira el 6 de Diciembre, ha tomado un giro que la convierte nuevamente en foco de la atención mundial.
Las Naciones Unidas todavía no ha aceptado una definición única del terrorismo, pero hay consenso en que el terrorismo es un método inspirador de ansiedad de repetidas acciones violentas, empleado por individuos (semi-) clandestinos, grupos o estados como actores, por razones idiosincrásicas, criminales o políticas, por las cuales –en contraste con el asesinato- los blancos directos de la violencia no son los blancos principales. Las víctimas humanas inmediatas de la violencia son generalmente escogidas al azar (blancos de oportunidad) o selectivamente (blancos representativos o simbólicos) de una población determinada y que sirvan como generadores de mensajes. Los procesos comunicacionales basados en la amenaza y la violencia entre la organización terrorista, las víctimas (en peligro) y los blancos principales son utilizados para manipular al blanco principal (la audiencia) convirtiéndolo en blanco del terror, blanco de demandas o blanco de atención, dependiendo si el objetivo buscado es la intimidación, coerción o propaganda. (Schmid, 1988 en Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Crímenes).
Es claro que la acción de Joao Gouveia, detenido in fraganti y confeso de haber disparado en contra de un grupo de ciudadanos, puede y debe ser calificada como una acción terrorista, por cuanto si bien según él mismo ha expresado su blanco principal era la televisión venezolana y concretamente Globovisión, indicando que ésta lo había secuestrado y violado, atacó a otras personas inocentes para lograr su objetivo. Poco importa si su acción es individual o forma parte de un grupo de los llamados “círculos del terror”, ya que en ambos casos sería una acción calificada como de terrorismo, por cuanto sus victimas fueron escogidas en un sentido al azar, entre los asistentes a la Plaza Francia y, por otra parte, selectivamente porque eran precisamente personas que participaban en una forma de protesta pacífica en contra del gobierno actual.
Han surgido gravísimos indicios de vinculación del terrorista Joao Gouveia con grupos afectos al Gobierno Nacional y muy concretamente al alcalde Freddy Bernal; pero, en lugar de una condena clara y tajante al terrorismo y ordenar una investigación exhaustiva de la presunta vinculación, el Teniente Coronel Retirado Hugo Chávez Frías en ejercicio de la Presidencia de la República se ha dedicado a defender al terrorista y confeso asesino Gouveia, sugiriendo incluso algunas hipótesis de eximente de responsabilidad por razones psiquiátricas o de enfermedad mental.
Durante una buena parte de su programa “Aló Presidente” del Domingo 8 de Diciembre, mientras se celebraba el acto del sepelio de las víctimas, el Presidente a través de una anécdota familiar que relataba en forma jocosa, para beneplácito de los ministros del gabinete que lo acompañaban, sembraba dudas sobre la autoría intelectual de los actos de terrorismo, evadiendo su responsabilidad como Jefe del Estado de condenar todo acto de terrorismo! En declaraciones anteriores calificó de “patriotas” a los individuos armados que aparecían en un video aficionado filmado en los alrededores de PDVSA-La Campiña, concluyendo que se trataba de un montaje o que el aparecía en dicho video no podía ser el “caballero” Goveia por cuanto se encontraba volando desde Lisboa.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Sergio Vieira de Mello, ha dicho claramente que los Estados no solo tienen el derecho, sino también la obligación de combatir el terrorismo, para protegerse y a su población, respetando los derechos humanos y el derecho al debido proceso. Los derechos de Joao Goveia al debido proceso y sus derechos humanos deben ser respetados, pero igualmente debe ser juzgado y asegurarse una investigación imparcial y exhaustiva, que permitan no solo aplicarle las sanciones de ley al que fue detenido in fraganti, sino también a todos aquellos que hayan participado con él en este acto terrorista, de manera que se pueda desarmar a dichos grupos terroristas o “círculos del terror” y asegurar la protección de la población civil. Si este terrorista está vinculado al oficialismo estaríamos frente a una de las más graves situaciones que se pueda concebir: el terrorismo auspiciado por el Estado.
Pero, independientemente de si se comprueba o no la vinculación del terrorista Gouveia con el oficialismo, hasta ahora no ha habido una declaración condenatoria clara y contundente en contra de este acto terrorista de parte del Presidente como Jefe de Estado ni tampoco han informado de ningún tipo de investigación ni medidas para buscar desarmar a los que formaban parte del grupo que aparecía en PDVSA-La Campiña en el video aficionado, quienes también pueden ser calificados como terroristas.
Al contrario, los “círculos del terror” siguen siendo favorecidos con la mirada complaciente de los más altos personeros del Estado; el Ministro del Interior y Justicia hablaba de paz la noche del lunes 9 de Diciembre, mientras los medios eran rodeados en acción intimidatoria por individuos encapuchados (típica acción terrorista) y en el interior del país se iba más allá al destruir las sedes de algunas televisoras y medios impresos. Al día siguiente, el Vicepresidente decía “Los sectores que plantean la salida del presidente Chávez son factores golpistas y terroristas, que manejan ese lenguaje con el ánimo de atemorizar a la población, pero hay una respuesta multitudinaria del pueblo venezolano que se expresó, por ejemplo, el lunes en la noche en todo el país”; esa es parte del doble discurso y los mensajes que fomentan la continuación de la acción de los “círculos del terror”.
Al igual que frente a los hechos del 11 de Septiembre del 2001 y a tantos otros desmanes cometidos por los “círculos del terror”, esta falta de pronunciamiento y acción colocan al Gobierno de Hugo Chávez Frías en contra de la comunidad internacional que le ha declarado la guerra al terrorismo venga de donde venga!