No fueron guardias sino círculos chavistas
(%=Image(3196408,»L»)%)El oficial en servicio activo más antiguo de toda la (%=Link(«http://www.guardia.mil.ve/»,»Guardia Nacional»)%) , el General de División Carlos Alfonzo
Martínez, al conocer sobre la brutalidad que emplearon unidades de la mencionada fuerza militar para reprimir inconstitucional e ilegalmente a una manifestación totalmente pacífica —debidamente permisada por la primera autoridad civil del municipio Chacao del Estado Miranda— y desarmada, que acudió, el 2/12/2002 a la Plaza de la Meritocracia para expresar libremente su pensamiento, comenzó a darle credibilidad al rumor que afirmaba que
esos no eran verdaderos guardias nacionales, sino círculos chavistas
conducidos por sus asesores cubanos.
El general decidió trasladarse personalmente al lugar, desde la Plaza Francia de Altamira, donde se mantiene en desobediencia legítima desde el pasado 22/10/02, para comprobar si era cierto o no ese increíble rumor. Al llegar al lugar, conversó con algunos oficiales subalternos
(tenientes), quienes le aseguraron que esa especie no era cierta, que el grupo represor estaba compuesto por verdaderos guardias nacionales, pero en seguida fue desalojado brutalmente del lugar por una nube de gas lacrimógeno.
Dispersado el gas lacrimógeno, el general Alfonzo, insistió en conversar con los guardias nacionales, para hacerles ver lo errado e ilegal de su comportamiento y, esta vez, fue atendido personalmente
por el general de brigada Jesús Villegas Solarte, jefe del Comando
Regional Nro. 5 de la Guardia Nacional, oficial de mayor graduación al frente del contingente represor de esa fuerza. Fue inútil, la represión continuó.
Un comando regional de la Guardia Nacional es equivalente a una brigada del Ejército. Es comandado por un general de brigada y está compuesto por numerosos batallones, comandados por tenientes-coroneles, que son llamados «destacamentos» en la Guardia Nacional.
El Comando Regional Nro. 5 de la Guardia Nacional está compuesto por 12 destacamentos y un escuadrón montado (unidad equivalente a una compañía que es jefaturada por un oficial subalterno con el grado de capitán), distribuidos en el Distrito Capital y los estados Miranda y Vargas.
Ellos son: (1) Destacamento de Seguridad Urbana Nro. 1 [Coche]; (2)
Destacamento de Seguridad Urbana Nro. 2 [Catia]; (3) Destacamento de Seguridad Urbana Nro. 3 [El Pinar]; (4) Destacamento Nro. 50 [El Paraíso]; (5) Destacamento Nro. 51 [El Paraíso]; (6) Destacamento Nro. 52 [Altamira]; (7) Destacamento Nro. 53 [Aeropuerto de Maiquetía]; (8) Destacamento Nro. 54 [Cárcel del Rodeo, Guatire]; (9) Destacamento 55 [Las Acacias]; (10) Destacamento Nro. 56 [La Mariposa]; (11) Destacamento Nro. 57 [Paracotos]; (12) Destacamento Nro. 58 [La Guaira] y el Escuadrón Montado [Cotiza]. Adicionalmente, ese Comando Regional Nro. 5, cuenta con un órgano asesor llamado Estado Mayor, integrado por seis coroneles que ocupan los cargos de Jefe del Estado Mayor, y respectivamente, Jefes de las Divisiones de Personal, Inteligencia, Operaciones, Logística y Asuntos Civiles, y adicionalmente, una asesoría jurídica.
Por ello, es necesario responder a estas preguntas: Con tantos oficiales y guardias nacionales bajo su mando, ¿Qué hacía el general de brigada comandante del regional nro. 5, Jesús Villegas Solarte, dirigiendo “personalmente” la represión en Chuao? ¿Qué hacía allí otro general de brigada de la Guardia Nacional, Alexis Maneiro, Director Nacional de Inteligencia, “quien no tiene mando directo de tropas”, disparando personalmente dispositivos lanzadores de gases lacrimógenos, contra los manifestantes, los periodistas y los oficiales de la Plaza Altamira que fueron allí a parlamentar?.
La respuesta a esas interrogantes es sólo una: “Ellos conforman un circulo bolivariano”, un círculo chavista dedicado, al igual que una quinta columna, a desnaturalizar desde adentro a la Guardia Nacional.
Y muy probablemente estaban allí personalmente, porque así se los exigió
Hugo Chávez. ¿Se habrán dado cuenta esos dos generales que Hugo Chávez —sin que exista prueba escrita de su resposabilidad— los mandó a ambos a perpetrar delitos de lesa humanidad, que no prescriben, que pueden ser juzgados nacional e internacionalmente y que no están protegidos por la obediencia debida como lo establece el Artículo 25 de la Constitución Nacional?
Ambos generales, Jesús Villegas Solarte y Alexis Maneiro, saben
perfectamente bien que las manifestaciones públicas “no están prohibidas” en las zonas de seguridad. No las prohíbe ni la Ley Orgánica de Seguridad y Defensa, ni ninguno de los nueve decretos presidenciales chavistas que crearon zonas de seguridad en el área metropolitana de Caracas, en fecha reciente.
Ambos generales, Jesús Villegas Solarte y Alexis Maneiro, saben
perfectamente bien, que la Plaza de la Meritocracia, frente a las instalaciones de Pdvsa-Chauo, se encuentra en jurisdicción del estado Miranda y del municipio Chacao, donde las primeras autoridades civiles son el Gobernador del estado Miranda, Enrique
Mendoza y el Alcalde del Municipio Chacao, Leopoldo López. Este último, además, le había otorgado el “permiso legal” a los manifestantes para reunirse en la Plaza de la
Meritocracia.
Ambos generales, Jesús Villegas Solarte y Alexis Maneiro, saben
perfectamente bien, que el control del orden público en jurisdicción de los estados y municipios, es de la competencia “exclusiva” de los
Gobernadores y de los Alcaldes, como lo establecen los Artículos 164 (numerales 6 y 11) y 178 (numerales 1, 7) de la Constitución Nacional (sí, «la bolivariana»).
Ambos generales, Jesús Villegas Solarte y Alexis Maneiro, sabían
perfectamente bien, porque se trató de un “hecho comunicacional publico y notorio”; y porque se trató además, de un tipo acto que es
“rutinariamente monitoreado”, por la Guardia Nacional, que precisamente, ese mismo día 2 de diciembre de 2002, la Corte Primera en lo Contencioso y Administrativo —tribunal de rango constitucional— le ordenó al general de división del Ejército, Jorge García Carneiro, comandante de la guarnición militar del Distrito Capital y estados Miranda y Vargas (la misma jurisdicción del Comando Regional Nro. 5 de la Guardia Nacional), «Retirar el personal militar, vehículos e implementos militares colocados
INCONSTITUCIONALMENTE en los espacios territoriales del Estado Miranda, sin que haya mediado solicitud de la autoridad civil competente, de conformidad con el ordenamiento jurídico aplicable».
Por esas razones, todas y cada una de las personas que fueron
atropelladas brutalmente en Chuao por los círculos chavistas dirigidos personalmente por los generales Jesús Villegas Solarte y Alexis Maneiro, tienen el derecho y la obligacion, de acudir al Tribunal Supremo de Justicia, a solicitarle sendas Averiguaciones de
Nudo Hecho (ante-juicios de mérito) a esos dos generales, por haber
lesionado numerosos de sus derechos humanos y constitucionales, a fin de que se proceda a enjuiciarlos penalmente por los delitos que perpetraron.
Simultáneamente y mientras el Tribunal Supremo de Justicia, ordena
abrirle el correspondiente juicio penal a esos dos generales, todas sus víctimas deben exigirle al ministro de la defensa, general retirado del Ejército, José Luis Prieto, y al alto mando de la Guardia Nacional, integrado por los generales de división, Eugenio Antonio
Gutiérrez Ramos (comandante general); Ramón Antonio Obispo Torrealba (inspector general) y Ronald Jesús Santamaría Arocha (jefe del estado mayor); la inmediata destitución de sus cargos de Jesús Villegas Solarte y Allexis Maneiro, por ser ambos una verdadera amenaza para los ciudadanos.
Por haber constituido en el seno de la Guardia Nacional —y por ende de la Fuerza Armada Nacional— una organización político-partidista, que adicionalmente sigue una ideología anti-democrática y totalitaria.
El bochornoso episodio protagonizado por los generales Jesús Villegas Solarte y Alexis Maneiro, nos acaba de comprobar —y tome nota General Carlos Alfonzo Martínez— que no es necesario disfrazar a civiles de los círculos bolivarianos de guardias nacionales para infiltrarlos —- sino que, vergonzosa y lamentablemente para la institución castrense y para el país, se están constituyendo esos círculos con militares en servicio activo de todos los grados y jerarquías.
