Un paro y dos sistemas
Involución es el resultado de la irracionalidad. Destrucción es la única obra que presenta a los venezolanos el paro patronal y los actos de sabotaje contra la República. La irracionalidad de la ambición y la terquedad por mantener un sistema político que perece, son las causas que motivan los intentos por aniquilar una ideología que nace. La democracia participativa y directa como expresión del nuevo modelo político que ha comenzado a penetrar las raíces del pueblo constituye la razón de confrontación. Los sistemas que se repelen aún no termina de escindir. Cabalgan montados en nudos estructurales que se van desenrollando. La democracia representativa –fresca expresión teórica pero marchita su práctica– es el modelo político que perteneció a la denominada cuarta república. Arropa en sus conceptos la inserción necesaria e impostergable a la aldea global manejada por EE.UU. Asume como doctrina de evolución el neoliberalismo. Ambas posiciones frente a la vida, arrojan la tesis de la unificación de los mercados y la instauración de una economía global. Característica del Nuevo Orden Mundial (NOM) que refleja la imposición de la libre competencia. Es la globalización neoliberal que se presenta al mundo como un proceso de unificación del mundo para la evolución de la humanidad. Pero su práctica se traduce en la imposición de una minoría privilegiada –gran capital y empresas transnacionales– contra las grandes mayorías –mundo sur y subdesarrollado–. Acto desatado por el dominio del capital, las fuerzas militares y la supremacía tecnológica. Todo el poder concentrado en cúpulas de lo que ahora pasa a ser el gobierno mundial, para imponer la hegemonía del mundo unipolar. El neoliberalismo no se dirige a la producción de la riqueza como tal. Contrario a la retórica de los que abogan por el «mercado libre», su objetivo no es la satisfacción de los deseos y necesidades del consumidor. Su meta es la acumulación de los beneficios –la expansión infinita del valor.
Por su parte, el nuevo modelo político se aferra a mantener su sitio constitucional y lucha por emerger como un sistema social superior basado en la realización de las necesidades humanas. Modelo que tiene resistencias para crear una economía de producción. Economía social, bien común, poder constituyente y gobierno como instrumento del pueblo son preceptos fundamentales que se anteponen al mundo neoliberal. Antagonismos irreconciliables por poseer marcos conceptuales e ideológicos diferentes. Verdades encontradas que solo pueden coexistir en paz con base en los principios de la tolerancia –reconocer la legitimidad del gobierno– y la justicia
–aceptar un nuevo modo de dirigir a la sociedad.
En consecuencia, este paro de sabotaje y de negación de la evolución natural del proceso de cambios, representa los dos sistemas en pugnas. No obstante, la derrota del paro marca un nuevo hito de enseñanzas. Experiencias de días malévolos pero de trascendencia para el rumbo del nuevo modelo político. Entre tantas, cito tan sólo a tres de ellas: (i) Profundizar en la construcción del poder popular. Principalmente en lo que respecta a la organización de la comunidad –estructuras de enlace y coordinación de movilización– y en la participación de los trabajadores en las concesiones del Estado. Destaca el sector transporte en la distribución de combustible. Punto neurálgico de la vida nacional que obligará al gobierno a revisar la condición de la propiedad. (ii) Apego estricto a la constitucionalidad, como acción sustituta de la violencia y de los arrebatos pasionales de ceguera emocional. (iii) Revisión a fondo de la conducción de los factores de poder del Estado. Más que comprobado, hoy se vuelve a experimentar actos de traiciones de quienes estaban dentro del proceso siendo sus adversarios. «Dentro y Fuera» es una política que hay que asumir. Expulsar a los falsos que permanecen todavía en funciones del Estado e incorporar a los leales que, sin razón, el poder los mantiene afuera.
Un paro y dos sistemas. Realidad amarga pero concreta. Queda ahora aceptar con lógica, sentido común y humildad el nacimiento del nuevo modelo político. Queda ahora contribuir en darle direccionalidad y viabilidad a las metas trazadas de emancipación del pueblo y de prosperidad colectiva. .