¿Se está convirtiendo Venezuela en una nación tutelada por los militares?
“Los gobiernos pasan, las sociedades
mueren, la policía es eterna”.
Balzac
La tendencia general en la mayoría de las naciones civilizadas es la institucionalización de las fuerzas armadas y hacer de éstas el garante de la soberanía nacional. A contrapelo con lo que es la práctica en la mayor parte de los países de América Latina, exceptuando a Cuba, en Venezuela pareciera que la gestión del Presidente Chávez, más que buscar la modernización de nuestra sociedad, pretende instalar una forma de gobierno parecida a la que implantó (%=Link(«http://www.fujimorialberto.com/index.php»,»Fujimori «)%)
en el Perú: autocrática y apoyada en el control operativo de las fuerzas armadas.
La crisis económica, política y social que atraviesa Venezuela no es enfrentada con los mecanismos tradicionales de la democracia, que consisten en buscar el mayor grado de consenso posible. En lugar de eso, en forma casi caricaturesca, el gobierno se empeña en militarizar al país, sin percatarse que eso puede ser la siembra final de su propia deslegitimación.
El presidente Chávez quiso, desde el inicio de su gobierno, aplicar a su manera las tesis de (%=Link(«http://analitica.com/va/entrevistas/2305005.asp»,»Norberto Ceresole»)%) . Éstas consisten, en lo esencial, en crear un nuevo modelo de sociedad basado en el predominio de un líder carismático, apoyado por una fuerza armada ideologizada y sumisa y en un pueblo identificado con los propósitos del caudillo.
Estas tesis no tienen nada de original, fueron la base del fascismo y del estalinismo. Lo curioso de la situación venezolana es la extraña argamasa con la que se ha pretendido fundar esa novísima forma de revolución. Las ideas que sustentan el llamado proceso son contradictorias entre sí. Por un lado, hay un agrarismo inspirado en (%=Link(«http://members.tripod.com/~pacogaray/»,»Emiliano Zapata»)%)
, junto con una política económica de corte esencialmente neoliberal, aunque aplicada de manera altamente ineficiente. Por otro lado, Chávez se llena la boca con la idea de que la democracia debe ser participativa en vez de representativa y, a la vez niega, su ejercicio mediante los mecanismos de consulta popular que otrora tantas veces utilizó.
En la medida en que el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías ha venido cayendo en los diferentes sondeos de opinión, se ha ido refugiando detrás del escudo pretoriano de sus principales centuriones. Hasta el punto es evidente que, una vez perdida la mayoría del apoyo popular, sólo le queda, dentro del modelo ceresoliano, la unión del caudillo con sus fuerzas de choque, sean estas militares o paramilitares. Para poder asegurar el poder será entonces necesario por un lado fortalecer todos los mecanismos de inteligencia del Estado, en particular la policía política y militar, y por el otro, militarizar toda la vida económica y social del país.
Las medidas de creación de amplias zonas de seguridad militar en terrenos urbanos, mediante las cuales se le atribuyen funciones al ministerio de la defensa, que en una sociedad normal no le competirían- de autorizar o negar la venta de inmuebles- es una prueba evidente del control que se le quiere otorgar a los militares sobre una importante fuente de transacciones económicas. La progresiva militarización de (%=Link(«http://www.pdvsa.com/»,»Petróleos de Venezuela»)%) es otro ejemplo.
Pero el riesgo mayor ciertamente lo constituye el intento de militarizar los cuerpos de seguridad pública. Es evidente que desde el inicio de su gobierno, Chávez ha querido ponerle la mano a las policías municipales y en particular a la Policía Metropolitana de Caracas. Como no ha logrado su propósito de doblegar la resistencia del Alcalde Metropolitano ha procedido a crear una campaña de opinión negativa en contra de una de las más antiguas instituciones policiales del país e incluso ha utilizado el recurso de intentar sembrar una división en el seno de ese cuerpo, mediante la toma por un grupo minoritario de policías del centro de comunicaciones de la Policía Metropolitana. Por si esto fuera poco, constantemente la Alcaldía Metropolitana de Caracas es objeto del asedio de facinerosos armados, que buscan generar una respuesta agresiva por parte del cuerpo policial, para así justificar la intervención del mismo. En la última, de estas acciones, el martes 12 de noviembre, en las que hubo muertos y heridos, las cámaras de televisión, así como fotógrafos del diario (%=Link(«http://talcualdigital.com/ «,»Tal Cual «)%) tomaron imágenes de los policías rebeldes haciendo uso de armas de fuego, vistiendo el uniforme de la Policía Metropolitana, manera evidente de desprestigiar a la institución.
¿A dónde nos va a llevar esta actitud preconcebida y persistente del Presidente de la República? Por lo que estamos observando pareciera que a la militarización de la seguridad interior, transformando este país, cada día más, en una república tutelada por algunos militares.