El otro Chávez
Ciertamente resulta interesante en estos días de tanta convulsión entre la nomina mayor de PDVSA y el gobierno del presidente Chávez, leer el último trabajo de Alberto Garrido “EL OTRO CHÁVEZ” conforma la entrevista y el testimonio que hace este analista político a Herma Marksman, historiadora y además compañera de Hugo Chávez Frías y testigo de excepción del proyecto revolucionario chavista y de la llamada “revolución bolivariana”.
Este último trabajo del “Che” Garrido que por cierto se lee fácil, constituye una entrevista aparte de reciente, muy transparente y veraz de lo que ha sido el nacimiento y desarrollo del proyecto chavista, narrando una serie de acontecimientos y de anécdotas algunas muy poco conocidas, casi todas alrededor de la postura, concepciones y rasgos del comandante Chávez, incluso testimonios que datan de tiempos en los que Chávez inicia sus estudios en la Academia Militar de Venezuela perteneciendo a la Promoción Simón Bolívar de 1975.
Lo cierto del caso es que dicha entrevista, enriquecida con copias fotostáticas de cartas, notas y fotografías, deja muy claro la visión y las concepciones del presidente Hugo Chávez Frías, y por sobre todo precisa para mal del hoy presidente, su propensión al autoritarismo y a la deslealtad con sus amigos, compañeros de armas, políticos y demás personalidades que en estos últimos años han sido victimas de su comportamiento y acciones, incluyendo la que fuera su compañera por más de nueve años, consejera y amiga de todos los tiempos Herma Marksman quien es la pieza central en El otro Chávez.
Algo que también queda claro a lo largo de la obra y que define a la personalidad de Chávez es su obsesión por el poder por una lado, cuestión esta última que se concreto a partir de 1998. En ese mismo orden de ideas una asunto que conforma parte integrante de Chávez es sus sensibilidad social, sin embargo, la propia obsesión por el poder y por querer copar toda escena política fue lo que explica el quiebre y divorcio del personaje con todos sus cuadros y fundadores del proyecto. Allí figuran desde el legendario y corrido guerrillero Douglas Bravo, pasando por Francisco Arias Cárdenas y los demás comacates hasta Pablo Medina y Kleber Ramírez por señalar algunos de los más conocidos, todos tienen en común hoy en día el haberse distanciado del presiente y más aún, levantarse como los principales críticos de sus ejecutorias.
Dentro de los pasajes narrados y descritos por Herma Marksman destacan varios entre ellos , el frustrado intento de eliminación física de Hugo Chávez Frías y Francisco Arias Cárdenas en diciembre de 1991 por parte de los capitanes Ronald Blanco Lacruz y Antonio Rojas Suárez (hoy gobernadores de Táchira y Bolívar) quienes en ese momentos consideraban que tanto Chávez Frías como Arias Cárdenas habían defraudado al movimiento y no quisieron dar el golpe para aquel 17 de Diciembre de 1991.
Otra de las cuestiones que salta a la vista no sólo a juicio de la historiadora y ex – compañera de Chávez, sino de mucha gente, viene dado por la admiración de este último por Fidel Castro y por albergar al mismo tiempo ideologías tan transversales como comunismo, marxismo, mezcladas con socialdemocracia, militarismo y bolivarianismo. El resultado a nuestra manera de ver las cosas se expresa en una simbiosis peligrosa y explosiva a nivel colectivo materializada en el MVR y a nivel individual en el propio Centauro Mayor, el propio presidente Chávez.
Lo cierto del caso es que a juicio de los testimonios expuestos en este relato (y de allí el nombre del libro) tendríamos dos Chávez, el que conoció Herma Marksman y demás allegados, y, “El otro Chávez” que se conformo posterior a la intentona golpista de febrero de 1992, de su estadía en la cárcel de Yare y finalmente a partir de su triunfo como presidente de la República en 1998. De manera que en este breve trabajo queda bastante claro como se fue dando esa suerte de metamorfosis del hoy Presidente de la República y máximo conductor todavía de este proceso que llaman “revolucionario”. En lo particular existen algunas variables y conductas repetidas que desde nuestro punto de vista, estudiando otros documentos y relatos nos inducen a pensar que Chávez siempre fue el mismo hombre, un obcecado y un desleal. Como dijo Fidel Castro Que la historia me absuelva. Veremos …
(*) Politólogo – Magíster en Ciencia Política E-mail: