El video y el periodismo Taliban
El hacer del video una prueba de cooperación criminal
del régimen de Chávez con la guerrilla
colombiana(FARC), es tan disparatado, inconsistente y
efectista, como que la conversación de Ortega y CAP
presentada por los talibanes y camareros de Chávez,
comprometen al expresidente Pérez en una conjura para
tumbarlo. Siendo visible para nosotros, que los
motivos y el tejido que las alienta, son los mismos.
Se procura forzar en ambos casos con pujinche, las
pruebas para que las especies o indicios que
circulan(simpatía de Chávez por los irregulares
colombianos), o las que se fabrican (conspiración de
CAP) impongan un supuesto probatorio concluyente.
Con independencia de las afiliaciones ciertas que
pueda tener el chavismo con los subversivos
colombianos, es forzozo concluir, que en la filmación
presentada por las » cuatro periodistas», no se revela
una filiación política o una cooperación criminal como
ha querido hacerse ver. De los diálogos y entrevistas
de los actores en la reunión, parece tratarse de una
operación encubierta de inteligencia de la FA
venezolana con el propósito de resolver la retención
de un venezolano en manos de los irregulares, lo que
implica acuerdos previos de no agresión entre las
partes, extensible – por lo que se puede interpretar
de dichos acuerdos- el de evitar las incursiones de
la FARC en nuestro territorio. Desde luego, que la
irritación y la protesta de las autoridades del
legítimo gobierno colombiano que seguramente estallará
de no haber sido notificado de la operación, se
inscribe dentro de la lógica de la diplomacia, pero
este hecho, en estos momentos carece de significación
al meollo del debate interno; que no es otro, que
desear convertir a través del video las repetidas
presunciones de asociación ilícita del régimen
bolivariano con los insurgentes, en plena prueba de su
vinculación.
Las denuncias de un tipo de periodismo combativo, da
síntomas de sufrir una extrema ansiedad por exponer
pruebas irrefutables que ate al chavismo a algo
suficientemente pernicioso que lo termine por echar
del poder. Este voluntarioso esfuerzo por querer
obligar a la realidad a cumplir los deseos, puede
terminar en una trampa, que en definitiva finalice por
entregarle argumentos a Chávez y fortalecerse, al
descalificar a toda la prensa – su más acérrima
enemiga- mostrando este episodio, como evidencia de lo
que él hace tiempo viene denunciado como una contra
«conspiración mediática».
Ese video, por lo que contiene, o justamente por lo
que no contiene, nada indica comprometedor; y como
hemos venido sosteniendo, su exhibición hasta le
permitiría al régimen bolivariano maniobrar a su favor
en perjuicio de la credibilidad del periodismo. Este
último, obligado a mantener su alto perfil en aras de
no quemarse, y atento a su muy frecuente y acertada
misión de reprimir desvíos, calibrando su pulso hacia
la huidiza y casi siempre resbalosa verdad.