Opinión Nacional

Concretado primer acuerdo en la mesa

¿A Quién o a qué representan las seis personas que se sientan frente a
los representantes de la Coordinadora Democrática, en la famosa mesa instalada en la sede de la Conferencia Episcopal de Venezuela y
ahora mudada para el hotel Meliá Caracas?.

Claramente, no es al Poder Ejecutivo Nacional, porque entre ellos se
encuentra un gobernador de estado y un diputado de la Asamblea Nacional.

Es incorrecto entonces, decir que una parte de la mesa es «el gobierno».

Lo mismo es válido para la Coordinadora Democrática, ya que ¿Es
correcto afirmar que sus seis delegados representan a «la oposición»?

¡Claro que nó!, porque, sólo los partidos políticos tienen ese carácter:
el de ser los legítimos representantes de proyectos políticos alternos ,es decir, opuestos- al proyecto político del partido, o la coalición de partidos gobernantes.

Mientras que las numerosas Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s)
miembros de la Coordinadora Democrática, no representan proyectos políticos alternos al del gobierno, sino intereses específicos, de grupos
de activistas que no luchan únicamente por los intereses exclusivos de
las personas que integran a cada ONG en
particular, sino que lo hacen en representación de muchos otros
venezolanos —no organizados— a quienes esos
intereses le son caros.

Sin embargo, hay que tener muy claro que las seis personas que
representan a la contra-parte de la
Coordinadora Democrática, comparten todas, el mismo propósito: defender
un sistema político inspirado en ideas marxistas, guevaristas y castristas.

MIentra que las seis personas representantes de la Coordinadora Democrática,
comparten todas el mismo
propósito: defender un sistema político inspirado en la libertad y la
democracia.

Las elucubraciones anteriores no son simple retórica. Han sido
suficientemente, probadas por los hechos.

Dicho eso, debe quedar entonces muy claro, que ya se ha llegado a un
primer acuerdo: ambas partes se
mantendrán en sus trece. Simple y llanamente, porque no es posible para
ninguna de ellas ceder o negociar sus
ideales. Esto, también ha sido probado por los hechos, desde que se
instaló la mesa.

Sin embargo, designar una Comisión de la Verdad, que se encargue de
dispensar justicia en el caso de la
Masacre de Miraflores, es compatible con los ideales de justicia de
ambas partes, y en consecuencia, es
claramente factible, que se llegue a un acuerdo sobre este punto.

Desarmar a la población civil que porta armas ilegalmente, tampoco
contraría —sino que más bien
reafirma— los ideales de ambas partes, como ya lo demostraron los
partidarios del marxismo, guevarimo,
castrismo, aprobando en la Asamblea Nacional, una ley de desarme. Por
ello, la mesa puede también, concretar
un acuerdo en este punto.

Llegar a un acuerdo sobre la reforma del sistema electoral, es también
factible, pero sin duda requerirá de
muy extensas y difíciles negociaciones, porque en esencia, los
marxistas, guevaristas, castristas, querrán un
sistema parecido al de Cuba o China; mientras que los representantes de
la Coordinadora Democrática querrán
sin duda un sistema que permita la libre participación de la pluralidad
política.

Una forma de llegar a un acuerdo electoral, es negociarlo por partes
(registro electoral, métodos de
votación y escrutinio, etc.).

Lo que sí no deberían hacer los representantes del marxismo, guevarismo,
castrismo, es discutir en esa
mesa, sobre el referéndum revocatorio del mandato, porque no está en las
manos de la Coordinadora
Democrática producir alguna decisión o cambio sobre eso, ya que ese
mecanismo está explícitamente normado
en la Constitución Nacional.

Y lo que tampoco deberían hacer los representantes de la Coordinadora
Democrática, es discutir en esa
mesa, sobre el referéndum consultivo, porque no está en las manos de los
marxistas, guevaristas, castristas
producir alguna decisión o cambio sobre éste, ya que eso es de la sóla
competencia de un Poder Público
autónomo e independiente, llamado Consejo Nacional Electoral (CNE), y
ese mecanismo de consulta popular
está explícitamente normado en la Constitución Nacional.

En conclusión, el referéndum consultivo, constitucional, legal y
legítimamente activado por la entrega a las
autoridades del CNE, de más de 2 millones de firmas, debe seguir su
curso normal, sin que la bendita mesa
tenga nada que ver con ello; mientras la mesa, sí debe dedicarse a concretar la instalación de una
Comisión de
La Verdad que trabaje hasta dispensar justicia a las víctimas de la
Masacre de Miraflores (y a las posteriores a
ella); a diseñar un programa concreto que arranque en una fecha
específica, para desarmar a la población civil
que porta armas ilegalmente; y a batallar hasta concretar acuerdos
específicos que doten al país de un sistema
electoral eficiente, transparente y sobre todo confiable.

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