Mujeres venezolanas y las chicas de Chávez

Dedicar un tema, que refiera la calidad intelectual y
de liderazgo del grupo de mujeres que por su
activismo constituyen el «menú» que le ha ofrecido la
«revolución bolivariana» a los venezolanos como
emblema de su destacamento femenino de vanguardia en
la lucha que proclaman librar hacia cambios
profundos, puede parecerle a muchos un ejercicio poco
atractivo. Por múltiples razones entre ellas, el que
me repita sobre lo obvio, que el fanatismo servil,
acrítico e incondicional que muestran los líderes del
chavismo, se refleja con la misma mediocridad en sus
mujeres. Otros pensarán que lo que diga es igualmente
inútil, considerando que mi propósito además de
circunscribirse en el ya saciado esquema de
caricaturizar las extravagancias de estas señoras, el
tema no amerita una atención especial asumiendo de
antemano que este régimen está moribundo, y las
mujeres activistas del «proceso» perecerán
políticamente al mismo instante en que su líder sea
defenestrado. Estos, ni ningún motivo subalterno
inspiran este escrito.

Admito ,sí, mi convencimiento, que el Presidente
actual, no tan sólo es un estado transitorio, sino que
su instalación en nuestras vidas y en la de la nación
ha tenido por efecto el de un purgante. Medicamento
peligroso sin duda, pero que difícilmente a pesar de
la devastación no vamos a dejar de superar.

Aclaro, que no pienso que por atravesar un estado de
degradación es fútil añadir lo mendaz con que
apreciamos a las liderezas del «proceso». Con ello
queremos reivindicar la tradición de desprendimiento y
altos valores que han marcado las luchas de las
mujeres venezolanas y que éstas para nada representan,
pues muchos que no nos conozcan, pueden estar
confundidos asociando las altas dosis de testosterona
desquiciante con que desenvuelven estas damas sus
actividades políticas con las genuinas maneras y
claros objetivos de la mayoría de nuestras mujeres y
luchadoras.

Pero también justamente, la inviabilidad y fracaso de
la «Revolución» lo avizoro más despejado, no tanto
porque carezca del respaldo de obreros, de
intelectuales o de los empresarios, ¡ no!, su mayor
falta y que le será finalmente letal es por una parte,
la repulsión de las mujeres venezolanas en general y
las que lo combaten en particular, y por la otra, la
irracionalidad fanática de las que rodean al
comandante y su proceso político.

En la historia contemporánea de Venezuela y en todo el
período llamado hoy puntofijista, las mujeres han
tenido un papel estelar tanto en las luchas políticas
y sociales como en la conquista de sus propios
derechos como mujeres, y si algo las ha caracterizado
es: 1) Que en sus combates reafirman su condición
femenina, nunca hipotecados a la adoración
incondicional de un hombre o la suerte de un
caudillo. 2)Luchar por ideas y la obtención de fines
concretos, como por ejemplo sobre el voto femenino
logrando incluirlo en la Constitución que surgió de la
Constituyente 1946/47. 3) La solidaridad de género con
independencia de las distintas organizaciones en las
que militaban.

Es sorprendente que el tiempo y energías de las
«chicas de Chávez», sólo les sirva para dedicarla a
defender a su jefe, siendo incapaces de mantener un
tipo de conexión con otras mujeres de distinta
orientación ideológica como ha sido una costumbre
mundial y venezolana. La calle para ellas es el lugar
para cumplir órdenes que inciten a la camorra en donde
se trasmutan en singulares versiones del «Morocho
Hernández». No han pergeñado una sola idea -a no ser
las de alcahuetear a su comandante- que se convierta
en realizaciones para mejorar, por ejemplo la
condición de atención de las embarazadas con pobreza
crítica, o de rescatar algunos de los desafortunados
niños de la calle.

La ruptura en pedazos de sus lóbulos izquierdo y
derecho ocupada por una inmensa boina roja, les ha
arrancando sus facultades de pensamiento y
sensibilidad. Todo resultado de la obsecuencia ruin
del chavismo, que castrado de la grandeza de los
auténticos movimientos sociales ha terminado también
por mutilar a sus mujeres.

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