Régimen Chatarra y caos

El régimen de Chávez, ha convertido al país —como está
a la vista— en una auténtica chatarra. Chatarra
institucional, material y también esa muy tangible del
espíritu, que es la calidad distintiva que hace a los
pueblos lo que son y que comúnmente llamamos
identidad.

Llegaron al poder con la consigna de refundar la
república y lo que vienen haciendo con éxito notable
es refundirla.

De su evidente ineptitud incompetencia para hacerle
frente a su gestión, logrando el milagro de hacer de
todo lo que toca una bola de basura, se agrega el
hecho insólito de ser sospechoso de generar desde el
poder desórdenes públicos. La oposición viene
barajando con insistencia la idea de que esta actitud
del gobierno tiene por fin el de crear las condiciones
de la declaratoria de un «Estado Excepción»; vana idea
de acallar así la resistencia y hostilidad que le
revientan al régimen en todos los frentes, en la calle
y en instituciones como: el (%=Link(«http://www.tsj.gov.ve»,»TSJ»)%) y la propia FAN.

No obstante , ante la inmensa fragilidad de este
gobierno —ya bastante desprestigiado en lo interior y
bajo indicios a nivel de los organismos hemisféricos
de sus tendencias totalitarias, con la sospecha de
usar grupos portátiles de choque para ejercer la
represión—, que sin descartar la hipótesis de que esté
jugando al caos deliberadamente, es una opinión
razonable creer, que estos acontecimientos no
necesariamente fueron fabricados desde el poder, y no
porque no sean torpes e irresponsables sino, derivado
de eso, y que lo hace mucho más preocupante, es la
muy certera posibilidad que los jerarcas del régimen
hayan perdido gran parte, con la potencialidad de
perderla toda, de capacidad de control de sus fanáticos
armados y sus simpatizantes desarmados, estos últimos
dispuestos a abandonar la última exhalación de su
aliento para dar la pelea, en prístina demostración
que el discurso incendiario no era de ninguna manera
inocuo.

Algunos se preguntarán que importancia puede tener que
los desmanes y la espiral de violencia que pueda
desatarse sea instigada o no por el gobierno cuando el
terminaría beneficiándose. Pues se equivocarían
quienes así piensen. Una situación en que el gobierno
no controle ni a sus propios partidarios anarquizados,
sería el peor de los escenarios posibles, que no lo
excluye a él. Un mal menos peligroso será siempre que
un contendiente político ejerza domino sobre su gente
y pueda domesticarla en momentos cruciales en que las
circunstancias lo obliguen a negociar reduciendo el
conflicto.

La historia de Chávez indica, que cuando se ha visto
comprometido pacta, ya sea porque arruga o porque lo
ilumina una chispa de lucidez.

El posee aún cierto espacio para el viraje y el
control de los suyos que nos ahorraría una
devastación.

De este personaje querámoslo o no depende la
agudización o ponderación de nuestro destino
inmediato. Se le presentan ya varios dilemas; por cual
de ellos obtará: ¿Arrugará?¿ Frenteará?¿ O será que
lo iluminará la lucidez?