Propuestas
La política, y en consecuencia la lucha que de ella se deriva, tiene un límite de avance si no encuentra la desagregación bien fundamentada de los postulados que difunden sus hombres. Específicamente, las propuestas que se hagan para lograr salidas consecuentes con el bien común de la sociedad, demandan conciencia, voluntad, sentido común y humildad.
En ese sentido, he encontrado receptividad a los planteamientos que he hecho acerca del rescate de banderas. Tomo como ejemplo, de esas manifestaciones concretas, a dos venezolanos que me han comunicado su voluntad de lucha, su esencia nacionalista, su capacitación técnica y su compromiso con el país. Ellos son Anselmo Ledesma, biólogo con maestría en microbiología, profesor de la Universidad del Zulia, en la Facultad Experimental de Ciencias, en el Departamento de Biología y, Erasmo Marcano, luchador social, fundador del MVR en Nueva Esparta, militante de la causa transformadora de Venezuela y empresario del comercio en el Oriente.
Anselmo he pasado los últimos 8 años estudiando sobre el petróleo y algunas tecnologías (biotecnología) para su aprovechamiento más racional. Se suma a quienes están convencidos que el petróleo requiere de la participación colectiva para aprovecharlo en una forma integral. Está dispuesto a aportar sus conocimientos al esfuerzo colectivo que debe hacerse para generar una nueva cultura, que «…asuma el petróleo como una bendición que bien merece ser enriquecida y mejorada, con nuestro trabajo y talento».
Por su parte Erasmo, conjuga sus ideas de participación democrática con la autogestión. Conocedor del campo del Oriente venezolano tiene una visión de respuestas concretas al café, cacao y pescado. Tres renglones indispensables para la economía de Sucre. Parte de las conclusiones de su análisis lo llevan a determinar tres acciones viables de ser desarrollada por el Estado: (i) garantizar una competencia sana frente a la gran industria nacional y los importadores, de tal manera que los pequeños puedan entrar en las grandes cadenas de supermercados y abastos donde hasta ahora no tienen cabida, (ii) incentivar a las distribuidoras locales a que comercialicen productos hecho en Venezuela y establezcan alianzas estratégicas con los pequeños productores, (iii) brindar respaldo tecnológico y financiero para que las iniciativas de industrialización que se vienen gestando en pequeñas escalas, no se ahoguen en deudas o que se reviertan al cambiar la situación de los precios internacionales.
Esta es una muestra de las ideas sencillas, simples y de rico contenido de sentido común que existe en la actualidad. Hombres preocupados que no se quedan en la contemplación de la desintegración nacional. Salen a dar sus respuestas
Asi como las alternativas de Anselmo y Erasmo, existen miles en cada región y en cada renglón. La confusión del laberinto de hoy se despeja al darle participación a los talentos existentes en todo en el país. Hombres capaces en todas las comunidades. Seres que crean tecnologías, métodos emancipadores, acciones unitarias, pero sus inventos y propuestas viables se esfuman en la desatención.
Es la hora de ir a la comunidad, escuchar a los involucrados en el proceso productivo, pisar la tierra y recoger lo auténtico que demanda el rescate de Venezuela. A éstos humildes y talentosos venezolanos hay que escucharlos.