¿Cuánto cuesta la demanda?
El abogado dijo «…50% al introducir la demanda y 50% al dictarse la sentencia. Ambas entregas en cash…». El monto de los honorarios debe oscilar entre un 1 y 1.5% de la cantidad que se ha difundido en los medios internacionales y nacionales. Guaooo, eso es algo así como quince millones de dólares, equivalente a quince mil millones de bolívares. Aunque la cifra pareciera exagerada, es insignificante ante lo que persigue el abogado. Bueno, mejor dicho, la gente que está detrás del abogado. Ese 1% es bien barato por salir de Chávez. 15MMUS$ se lo muele una transnacional en media carga del petróleo liviano que sale a diario del muelle de Guaraguao. Que es eso para estas entidades si a la vuelta de la esquina se produce el enjuiciamiento, caída y prisión del Presidente de Venezuela.
Es que tiene que ser así. Porque es en extremo difícil pensar que la querella se plantea por dignidad, por principios éticos, por rescatar la integridad de los ideales. Dudo que se proceda al litigio por amor a Venezuela y, en consecuencia, no cobrar nada. Ni honorarios, ni tiempo abocado a la investigación, ni trámites de documentos, uso de medios logísticos, informes, comunicaciones nacionales e internacionales. Eso cuesta dinero, ¿quién lo cubre? Me cuesta creer que el mismo abogado vaya a sacar de su bolsillo por un trámite que no es personal.
Además, el tiempo que se invierte en este caso, le obliga a dejar de atender a sus clientes, quienes le pagan una «bola» de billetes por sus servicios exitosos y garantizados. Este tipo de abogados califica en la categoría de muy careros. Su cotización en el mercado sube cada vez que se anotan un triunfo en juicios espectaculares. Podría aceptarse que un abogado vinculado a la lucha popular y que esté entregado a estas causas de sueños e ideales, asuma la defensa o la acusación de alguien sin percibir un centavo. Pero, estos camaleones pragmáticos si no ven el billete por delante no mueven ni el dedo de su mano.
Por lo tanto, todo indica que detrás de la acusación también se mueven intereses que van más allá de una cuestión ética, principista, nacionalista o de justicia. Se infiere también que hay intereses allende de nuestras fronteras. Lo que se busca, oportunidad dada por una brecha que se abrió, no se limita exclusivamente a nuestro país. Apunta hacia el sometimiento genuflexo de las tendencias rebeldes que se asomen en Latinoamérica. ¿Quién es el corrupto? ¿Quién lanza la primera piedra?
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