Este régimen es terrorista
Hay pablaras que empañan la razón porque resulta inaprehensible su significado. O ubicua su significación y arbitrario su uso. La causa de ello, entre otras muchas e importantes, está en no tener otras palabras claras, precisas,, mediante las cuales se haga la definición o, aun de mayor complejidad, el uso arbitrario que recibe la sociedad, del poder, sea este político, económico, religioso, del estado, del poderoso o del débil, del amo o del esclavo. Sean algunos ejemplos para mejor comprensión. Nadie pude decir qué es el amor. Donde vive, donde se anida, a pesar de lo cual no dudamos de su existencia. Dios es amor, tú eres mi amor. Y no por eso, dios y tú sean iguales. Y hay un verbo para decirlo todo y nada decir. Amar. Dios es un ser especial que no es Ser y que nadie puede definir lo qué es ni cómo es, salvo que demos la razón a Jenòfanes de Colofón que, en esencia, hace a dios proyección del hombre, de quienes lo pueden pintar, esculpir… describir. Los judíos resolvieron el problema de la mejor manera. Yo soy el que soy afirman que así se definió dios. en fin, ni para el amor ni para dios, etc., se tiene capacidad de medición, peso, tamaño, volumen…sean metros, kilos… dios es el que es y sin mas no es y sin nombre es. Y el amor no se sabe que es, se siente.
Entre estas palabras el terror y su derivado, el terrorismo, han dado mucho que hacer. Psicólogos, sociólogos, etc. “expertos” en no se qué se abocan a buscar definirlo. La ONU conformó un equipo para buscar una definición que fuese aceptada por sus miembros, por encima de su historia, diferencias culturales, etc. Para que nos entendamos mejor partiremos de hechos empíricos cuyo denominador común es la “producción” de terror en grado tal que el ser a quien se provoca vive un proceso altamente complejo, que va desde el miedo, el pánico, horror, hasta la pérdida de la consciencia, de modo que, el productor de terror logre que su víctima, alcance, primero, absoluta impotencia ante el terrorista, que nada puede hacer para escaparse o derrotar al terrorista, hasta, segundo, estadios de la conducta humana, aun peores, la abulia y, finalmente, la ataraxia. La abulia es la pérdida de voluntad, la incapacidad de tomar decisiones, de enfrentar a quien lo agrede y la ataraxia, la absoluta indiferencia ante aquello que provocó el miedo, el terror, en fin, ante la muerte.
El espacio me impide ahondar sobre el problema, pero puede consultar breves ensayos míos sobre el tema, en El Republicano Liberal, en Analítica, etc., entre otros, “del terrorismo de estado al estado de terror”, “Capriles o Leopoldo”…”Sadismo islámico – chavomadurista”… Sea oportuno, recordar que todo terrorista, todos tienen en común su necrofilia, el sadismo, el odio al otro, su egolatría, su mitomanía, y creer que la violencia, la fuerza y mas aun, la utilización de la muerte, son el medio mas eficaz de convencimiento, (o te sumas a mi o te mueres). El pánico y odio a la verdad y su absoluta creencia de que su discurso es verdadero es su enfermedad insuperable. La pérdida de la realidad es su modo de valorarla y de valorar su existencia. Su miedo a la vida, a la verdad, a la libertad son sus más altos síntomas y signos de su ser enfermo. El dogmatismo es base del terrorismo, el fundamentalismo de hoy lo es más que en ninguna otra era. Y donde no hay fundamentos ni dogmas se sustituye todo esto por la idolatría al líder y la consecuente sustitución de dios por su persona, que se hace eterno, supremo, inmortal, verdad infalible. Pero, no desconozcamos que procesos tales como la Inquisición, fue (y es) una de las mas altas expresiones del terrorismo, como hoy lo es el islamismo, que no solo cree en la verdad absoluta de sus enunciados sino, además, que la razón no es el medio de catequesis sino la violencia, la fuerza, el terror. Y en la historia reciente, el terrorismo nazi, el fascista, el estalinismo, el terrorismo de las dictaduras Videla, Pinochet, Fidel… Y, desde luego, el terrorismo de organizaciones como Las Brigadas Rojas en Alemania, Al K Eda, el Ku Klux Klan, el Estado Islámico, y las expresiones trágicas como suele ser el racismo, con independencia de su traje blanco, negro, amarillo.
Quisiéramos decir, de la manera mas transparente, que terrorismo (de estado, de sectas, de mafias) son todas las acciones que desde el poder (político, económico, religioso, militar, etc.) se ejecutan para imponer, mediante la violencia física, psicológica, su hegemonía o aquellas que desde el lado opuesto, se ejecutan para alcanzar el poder. Lato sensu, toda acción que restringe, limita, viola, impide los derechos humanos, en toda sus etapas, que en definitiva limita cuando no niegan la libertad, la vida, el trabajo, la dignidad, el honor, la existencia, el placer … Ha ocurrido, empero, que las ideología han buscado formas para justificar el terrorismo. Ayer, sea el ejemplo, la herejía, gritaba la Iglesia de Roma es el pecado abominable; hoy, la desestabilización vociferan los autócratas, dictadores. El poder que controla las democracias, lo justicia en nombre de la libertad, seguridad, derechos humanos…Las dictaduras lo justifican en nombre de la soberanía nacional, independencia, la desestabilización. La exclusión, el ostracismo, la excomunión y, finalmente, la muerte son la sentencia. Desde luego, ello genera una pseudo moral que, en definitiva es la ubicuidad e iniquidad a la vez de sus intereses en juego. Todo aquello que se hace en defensa del poder, sus medios, son buenos. Todo cuanto se hace por la verdad, la libertad, es malo. Llegados aquí, con estas bases mínimas pasemos a la demostración de la afirmación.
Este régimen es terrorista por la violencia del discurso político. En “lugar de ideas blasfemias” (puede hallar este texto en internet), en función de desacreditar, descalificar, culpar, no hay escrúpulo en ello, la mentira, la calumnia, la difamación, a quienes lo adversan o a sus disidentes. El método no oculto de ese discurso es crear, cultivar y afianzar el odio y éste como forma de organización social que permite, bajo la más grotesca manipulación, responsabilizar al otro de su irresponsabilidad, de sus miserias, de su fracaso. La burguesía, los pelucones, el imperialismo, la guerra económica, los fascistas, neoliberales, el saboteo, los paramilitares, el alto clero, los judíos, el imperialismo…
Este régimen es terrorista porque desde el estado impone un modelo educativo ajeno al pensamiento crítico, a decir verdad, santero, porque jamás el chavismo ha tenido fuentes teóricas de ningún tipo, y las que ellos asumen como propias son absolutamente incompatibles. Identificar a Zamora con Bolívar y a Chávez con estos y con Cristo es mas grave que hacer de José Vicente Rangel idéntico a José Gregorio; a Maduro, Andrés Bello; a Diosdado, San Francisco de Asís; Aristóbulo al maestro Prieto y a Merentes, Lord Keynes. La Ley del Plan de la Patria 213- 2019 es un “collage” de lugares comunes de un discurso incoherente y un enorme monumento de imbecilidades sobre lo que será de Venezuela y el papel redentor de Chávez en el mundo. Ya Maduro propone por suprema ignominia e ignorancia que al Plan de la Patria se le dé como enmiendas los 17 objetivos de la ONU en búsqueda de superar los mayores problemas de la humanidad de hoy.
Este régimen es terrorista por la persecución implacable a la libertad de opinión pública. Bien por expropiación y los asaltos a los medios de comunicación, su estrangulamiento por falta de insumos, la censura y la autocensura. Pero a la par la proliferación de pasquines, de “medios comunitarios” convertidos en medium de Chávez, del presidente, del PSUV.
Este régimen es terrorista por hacer armado a los colectivos, como verdaderos Paramilitares en defensa de la revolución, mas exactamente como medios de fuerza, delación y agresión contra el ejercicio del ciudadano. Terrorista por su decisión de dividir al país en territorios “libres” gobernados por pranes, delincuentes de alto riesgo, mafias…
Este gobierno es terrorista por hacer convertido la criminalidad en inversión para multiplicar el terrorismo de estado y su consecuencia el estado de terror entre la gente. Los 24 000 asesinados cada año para el régimen no son muertos en vano, son sus piezas para la multiplicación del miedo, del terror y, al final, de la ataraxia.
Este gobierno es terrorista por haber convertido la justicia en medio para la aplicación de su injusticia y ejecutora de la omnímoda voluntad del Presidente, Diosdado. Chávez condenó a la Juez Alfiuni y así fue. Chávez condenó a Rosales y así es. López es preso de Maduro y así es y los asesinos de Yaguno gozan de los beneficios del poder y gente inocente aun está en la cárcel y otros están condenados a vivir mudos.
Este régimen es terrorista porque premia a los “delincuentes de cuello rojo” actores fundamentales de la moral revolucionaria: no delinque quien sus crímenes, sus delitos benefician a la Revolución. Donde están los ladrones de los 25.000.000.000 de dólares que se robaron en el BCV y denunciado por Giordani… Donde están los verdaderos responsables del contrabando de gasolina y jefes de los bachaqueros? Y donde los de Mercal? Los traficantes con las divisas?
Este régimen es terrorista en su apoyo abierto a las FARC, por su histérica solidaridad con el régimen Sirio, Libio, Hussein, responsables de la muerte de miles y miles y de la huida de millones de esos “mares de felicidad”. Y naturalmente buscan irse al corazón o al menos a un ventrículo del capitalismo, del imperio!
Y si usted quiere saber qué es terrorismo, asómese y soporte el programa de Diosdado, cuyo nombre ya es un acto de exagerada violencia. “Cálese” las cadenas de Maduro y habrá sufrido “en carne propia” el terrorismo del régimen. Lo demás juzgue usted.