Parlamento griego da luz verde al primer paquete de reformas
El Parlamento griego aprobó el primer paquete de reformas de la nueva legislatura, un compendio necesario para poder obtener un nuevo tramo del tercer rescate y punto de partida para una serie de medidas fiscales y cambios estructurales que deberán aplicarse en las próximas semanas.
El proyecto salió adelante con los votos de la coalición gobernante -la izquierdista Syriza y los nacionalistas Griegos Independientes-, mientras que toda la oposición votó en contra salvo en algunos artículos aislados.
En su intervención ante el pleno, el primer ministro, Alexis Tsipras, afirmó que el paquete no incluye ninguna medida que no se conociera ya en agosto cuando se firmó el rescate y aludió con ello a que la oposición entonces votó a favor y hoy lo hizo en contra.
«No hay nuevas medidas, son medidas difíciles que todos conocíamos cuando votamos el acuerdo en agosto», dijo Tsipras.
Con ello se refirió a que los partidos que rechazaron darle su apoyo fueron los que en verano le ayudaron a sacar adelante el rescate, que no habría podido firmarse sin el respaldo de la oposición ante el elevado número de disidencias dentro de Syriza.
«¿Qué es exactamente lo que pretenden ahora? ¿Ser contrarios a los memorandos? Durante cinco años hicieron lo que les dictaron los acreedores, sin esfuerzo alguno por negociarlo», añadió.
Durante el debate celebrado ayer y hoy, los conservadores acusaron al Gobierno de aplicar medidas que no estaban previstas y que Nueva Democracia incluso rechazó cuando esta en el Gobierno.
«¿Por qué íbamos a votar ahora a favor de algo a lo que nos opusimos estando en el Gobierno?», apuntó el líder de Nueva Democracia, Vanguelis Meimarakis.
El paquete de medidas, cuya aprobación es requisito para obtener 2.000 millones del rescate de 86.000 millones de euros, contiene una docena de reglamentos acordados con los acreedores que básicamente apuntan a mejorar los ingresos del Estado, aumentar la edad de jubilación y luchar contra la evasión fiscal.
Entre las iniciativas aprobadas figura un aumento de los intereses, del 3 % al 5 %, para los ciudadanos que se acogieron a la posibilidad de devolver a plazos sus deudas al Estado, un instrumento aprobado durante el primer Gobierno de Tsipras que ha tenido un gran seguimiento.
La denominada cuadriga de acreedores -Comisión Europea, Banco Central Europeo, Mecanismo Europeo de Estabilidad y Fondo Monetario Internacional-, había exigido endurecer las condiciones de devolución.
Un artículo que fue eliminado del borrador de ley, tan solo un día después de remitirse al Parlamento, es el que preveía aumentar en dos puntos porcentuales la tasación de las rentas de alquileres.
El aluvión de críticas que causó esta medida llevó al Ejecutivo a dejar los impuestos como estaban.
En el marco de la lucha contra el fraude fiscal se introducen penas de cárcel de un mínimo de 2 años para cantidades no declaradas del IVA que superen los 50.000 euros, y de más de 100.000 euros en el impuesto sobre la renta, con la posibilidad añadida de embargar la mitad de los depósitos bancarios para casos de evasión que superen los 150.000 euros.
En cuanto a la edad de jubilación, la nueva ley contempla el aumento progresivo hasta los 67 años como regla general, y hasta los 62 años para todas las personas que hayan trabajado 40 años.
A esta regulación le seguirá en las próximas semanas una amplia reforma de todo el sistema de pensiones.
Antes de noviembre el Parlamento deberá votar además un segundo paquete de requisitos, del que depende el desbloqueo de otros 1.000 millones de euros y cuyo potencial conflictivo es mucho mayor que el aprobado hoy.
En él se deberán regular, entre otros aspectos, la gestión de la cartera de créditos morosos de los bancos y la posibilidad de proceder a ejecuciones hipotecarias -algo a lo que el Gobierno se niega en rotundo-; la eliminación gradual de los privilegios fiscales de los agricultores, o la fusión de todas las cajas de pensiones.
Ambos compendios de medidas son necesarios para que pueda comenzar en noviembre la primera evaluación del programa de rescate, de cuyo resultado dependerá que Grecia pueda obtener los fondos para recapitalizar a su banca, y que pueda abrir el debate sobre el alivio de la deuda, dos asuntos que a juicio de Tsipras son de capital importancia.