La mayoría de las economías latinoamericanas crecerán sólo modestamente el próximo año a medida que los bancos centrales suben las tasas de interés, con Brasil todavía estancado en una recesión, según un sondeo de Reuters que muestra una región cada vez más vulnerable a la desaceleración global.
Bancos y firmas de análisis rebajaron nuevamente este trimestre sus previsiones de crecimiento y elevaron sus cálculos de la inflación, mientras monedas como el real brasileño y el peso colombiano se desploman a mínimos récord .
En un reporte reciente, Standard & Poor’s, que le sacó a Brasil su nota de grado de inversión, enumeró a otros cuatro países sudamericanos,Venezuela, Argentina, Colombia y Perú también como las economías emergentes más vulnerables a lo que llamó «tendencias globales adversas».
México, considerado como relativamente abierto para comerciar y amistoso con el mercado, logró desempeñarse mejor que sus contrapartes sudamericanos Brasil, Argentina y Venezuela, donde la recesión y la inflación ya son comunes.
Ninguno parece lo suficientemente fuerte como para sacar a sus vecinos de su declive. Con los volúmenes del comercio regional en baja, Latinoamérica cifró sus esperanzas en los mercados más lejanos por medio de las negociaciones comerciales trans-Pacífico y un potencial acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, una estrategia para nada infalible.
«Muchos en los mercados emergentes podrían estar esperando capitalizar sus monedas que ahora son más competitivas (…) pero hasta ahora hubo poca evidencia de que cualquier región mayor se haya beneficiado del debilitamiento del tipo de cambio por un período significativo«, dijeron los economistas de HSBC Janet Henry y James Pomeroy en un reporte.
Esperanza
Sólo en el caso de Perú se espera una expansión superior al 3 por ciento en el 2016 entre las siete mayores economías latinoamericanas.
América Latina fue golpeada por una caída drástica del precio de sus exportaciones de materias primas como el petróleo, el mineral de hierro y el cobre.
El declive actual podría extenderse por algunos meses más, con la producción económica probablemente tocando fondo entre el primer trimestre del próximo año y el segundo, de acuerdo con el sondeo.
El momento exacto de la recuperación sigue sin estar claro. En lo que sí coinciden los economistas es que el sendero de la región hacia una reactivación sostenida será largo y pedregoso, apoyándose en líderes impopulares que deberán aprobar reformas estructurales para restaurar la confianza empresarial y alentar la productividad.
«Por casi 10 años, las economías latinoamericanas básicamente pudieron sentarse y disfrutar el viaje«, dijo Marcelo Carvalho, jefe de análisis económico para América Latina de BNP Paribas. «Esos días terminaron».
Los funcionarios tienen poco margen de maniobra para apuntalar sus propias economías ya que la inflación sigue alta. Los bancos centrales están posicionándose para subir las tasas de interés, mostró el sondeo, y los analistas dicen que lo mejor que podrían hacer es limitar el ajuste monetario al mínimo.
«La depreciación pasada está poniendo presión tanto sobre la inflación como sobre algunas medidas de las expectativas de inflación», escribió en un informe Ilan Goldfajn, economista jefe de Itaú Unibanco. «Sin embargo, como el crecimiento está flojo, los funcionarios también están indicando que las tasas de interés no aumentarán significativamente».
Las apuestas son altas para la región. Si bien grandes crisis cambiarias son menos probables en la mayoría de los países debido a sus regímenes cambiarios flexibles, su posición crediticia podría estar en riesgo en los próximos años, asustando a los tan necesitados inversores extranjeros.