Referéndum revocatorio anticipado
El presidente Chávez y los voceros de su gobierno suelen repetir que la oposición venezolana actúa irresponsablemente por no querer esperar los pocos meses que faltan para el mes de agosto próximo cuando, supuestamente, sería posible constitucionalmente realizar el referéndum revocatorio. Efectivamente, muchos observadores internacionales no se explican por qué la oposición prefiere llevar adelante un conflicto sumamente costoso para el país en lugar de prepararse y organizarse para ese referéndum.
Al respecto, es necesario aclarar que el 19 de agosto no es la fecha en la cual el referéndum podría efectuarse sino sólo la fecha de inicio del proceso de convocatoria del mismo. Lo cual significa que, en la práctica, el referéndum revocatorio sólo podría realizarse en el último trimestre del año. Para colmo, si los resultados del referéndum, por algunas muy factibles maniobras dilatorias del gobierno, fueran proclamados a partir del primero de enero del 2004, el Vicepresidente deberá terminar el mandato de Chávez.
Los observadores internacionales deberían también recordar que Chavez asumió la presidencia el 2 de febrero de 1999 y que, aprovechando su alta popularidad, a través de un referéndum consultivo, forzó la convocatoria de una Asamblea Constituyente, que violaba la Constitución vigente. Impuso un sistema electoral peculiarmente uninominal que le concedió al 60% de los votos el 95% de los escaños en la Asamblea. Esta Constituyente le cambió el nombre al país, eligió a todos los poderes del Estado y rescribió todas las reglas del juego político, sin ninguna participación efectiva de la oposición. Amplió el mandato presidencial de 5 a 6 años, permitiendo la reelección inmediata y llamó a elecciones generales anticipadas. En la práctica, el actual mandato presidencial se convirtió en un interminable y antidemocrático período de 8 años. Para colmo, Chávez declara a menudo que se mantendrá, en el gobierno hasta el 2021( sólo posible inconstitucionalmente).
El próximo 2 de febrero se cumplirán 4 años de este gobierno, la verdadera mitad del mandato. La actual Constitución establece que la solicitud del referéndum revocatorio puede ser introducida cuando haya transcurrido la mitad del período. Por tanto el gobierno, si negociara en buena fe y cumpliera con el espíritu de “su propia” Constitución, debería estar dispuesto a anticipar el referéndum revocatorio de varios meses en la mesa de negociación.
La oposición, por su parte, no debería limitar su estrategia electoral al referéndum consultivo, que podría ser declarado inconstitucional en cualquier momento por el Tribunal Supremo, lo cual tendría un masivo efecto desmoralizador. El esfuerzo por la obtención de firmas para la enmienda debería ser acelerado al máximo y debería iniciarse, sin demora, el proceso de recolección para la solicitud de una Asamblea Constituyente. Las presiones sobre el gobierno en la mesa se multiplicarían y la oposición disminuiría su vulnerabilidad al tener abiertas diferentes opciones electorales, que no dependen del consentimiento del gobierno. Obviamente, el intenso conflicto político en Venezuela no se desarrolla sólo en la mesa de negociación, sin embargo, no hay gobernabilidad democrática para nadie sin un mínimo de consenso y una salida electoral a la crisis.
