La democracia sustraída
El ultimo tercio del siglo XX y la primera parte del siglo XXI, indudablemente, el mundo ha sido testigo de una serie profunda de cambios en el orden tecnológico, cultural, ideológico, humano. Las sociedades en menor o mayor medida han estado imbuidas en estas dinámicas reordenadoras y transformadoras, que asoman como rasgos distintivos el advenimiento de la democracia como valor y como tipo de gobierno, el desarrollo de una ciudadanía y la consolidación de la sociedad civil como grupo organizado frente a la esfera estatal, asimismo, el arribo de la globalización de los mercados, con el imperativo de la tecnología y la comunicación.
Por otra parte, la política no está divorciada en lo más mínimo de estos procesos y dinámicas, por lo tanto la política también es parte de una suerte de metamorfosis, e incluso se llega a plantear bien entrados los años noventa, que la política se debate entre una situación de fin o crisis terminal, de acuerdo a los planteamientos de algunos autores postmodernos, o más bien pudiéramos hablar de un claro proceso de reordenamiento y transformación, donde consecuentemente la política asume en palabras del politólogo chileno Norbert Lechner nuevos perfiles que es preciso decantar y explicar.
En nuestro contexto político reconocemos que la política aparte de tornarse problemática, la democracia y sus representantes y organizaciones incurrieron en fallas de forma reiteradas, tanto es así que el propio sistema produjo esta suerte de híbrido mesiánico, de monstruo milton y de experimento populista que es Hugo Chávez Frías y todo su proyecto trasnochado de hacer política. Hay quienes han señalado que Chávez es un hombre del siglo XVI con ideas desfasadas y por tanto no consustanciado con unas condiciones y circunstancias nacionales, regionales y globales .
Lo cierto del caso es que este aprendiz de dictador ha causado tanto o más daño que toda la IV República. Sin embargo, por momentos pareciera que los días de su gestión están contados. Es paradójico, contradictorio y hasta paradigmático que Hugo Chávez con sus errores y desmanes reiterados, con un pésima gestión económica, social, financiera y política se mantenga en la primera magistratura. Una explicación de este fenómeno pueden ser en primer lugar la debilidad de las diversas instituciones y poderes públicos, secuestrados y venidos a menos frente a la personalización de la política y del poder en la actualidad. La otra explicación que da cuenta de la presencia de Chávez en la presidencia pudieran ser los errores reiterados, y a veces la miopía de la oposición, y principalmente de la Coordinadora Democrática.
Basta de excesos y aberraciones. Chávez representa lamentablemente un retroceso, un desatino. La política y la democracia en la Venezuela actual han sido sustraídas por un grupo de bárbaros que quedaran reseñados en las páginas de nuestra historia. Páginas éstas que nos recuerdan la descomposición en todos sus ordenes imputada a etapas anteriores que no pueden jamás volverse a vivir. Nuestro país y toda su gente merecemos una oportunidad de vivir en paz y naturalmente mejor y más dignamente.
El gobierno debe ser honesto aunque sea por una vez y aceptar que no ha dado la talla, el país se le fue de la manos al Sr. Chávez y lo mejor para todos sería reconocer la gravedad del asunto, con el único fin de buscar alternativas institucionales que nos permitan aunque sea en un corto plazo generar un cambio y por sobre todo salir de la gravísima crisis que nos arropa en todos sus ordenes. Venezuela lo hemos señalado contundentemente no tiene por gravitar entre la ineficiencia y hostilidad de la V República ni tampoco en los torneos y aventuras de la Coordinadora Democrática. Se impone la sensatez y la emergencia en tiempos de crisis de nuevas organizaciones, proyectos y liderazgos. Veremos …
(*) Politólogo – Magíster en Ciencia Política.