40% de mujeres treintañeras padece miomas uterinos
El 40 % de las mujeres que tienen entre 35 y 55 años de edad padece miomas uterinos, tumores que a pesar de ser benignos pueden afectar mucho a la calidad de vida a causa de las hemorragias que provocan, así como la anemia, el dolor e incluso la infertilidad.
El dato ha sido puesto de manifiesto durante la presentación, en el Congreso Europeo de Endoscopia Ginecológica, de un nuevo estudio sobre el fármaco «acetato de ulipristal» (de la farmacéutica Gedeon Richter) que garantiza su uso para un tratamiento a largo plazo de estos miomas al controlar el sangrado y reducir su tamaño.
El mioma es uno de los tumores benignos del aparato reproductor femenino más frecuentes en mujeres fértiles, de hecho, hay 24 millones de mujeres en la UE y 20 millones en Norteamérica que conviven con esta enfermedad, de la que se desconocen sus causas exactas.
Se estima que entre el 20% y el 40% de las mujeres entre 35 y 55 años los padecen.
La consultora jefe del servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Danderyd de Estocolmo, Helena Kopp, señaló durante la presentación del estudio que muchas de estas mujeres, a pesar de tener síntomas, esperan una media de cinco años antes de acudir al médico, un problema sobre todo si quieren ser madres.
Los miomas no solo provocan problemas físicos, tal y como ha explicado la psicóloga Deborah Lancastle de la Universidad del Sur de Gales, también causan un gran impacto en su vida social, sexual y familiar, a causa, entre otros, de las hemorragias, que en muchos casos padecen.
«No deben sufrir en silencio, tienen que pedir ayuda», señaló Lancastle.
El nuevo tratamiento
El tratamiento de los miomas suele pasar por la cirugía, con lo que esta patología se ha convertido en la segunda, por detrás de la diabetes, que más dinero cuesta a la mayoría de los gobiernos occidentales.
El «acetato de ulipristal», un modulador selectivo de progesterona aprobado en España en 2013, supone una alternativa para estas mujeres, según explicó el doctor Jacques Donnez, profesor de la Universidad Católica de Lovaina.
Hasta hace unos meses estaba autorizado por la Agencia Europea del Medicamento para suministrarse en dos ciclos de tres meses, con dos de descanso.
El nuevo estudio con este fármaco, realizado en pacientes de 46 centros europeos en 11 países, concreta más datos que le hacen más efectivo durante cuatro ciclos de doce semanas, con dos meses de descanso entre cada uno de ellos.
Así, el 93 % de las mujeres consiguió controlar el sangrado al final de cada ciclo de tratamiento y, al menos, el 76 % entró en amenorrea, como no más de un día de manchado en un intervalo de 35 días al final de cada ciclo de tratamiento.
Además, se produjo una reducción del 67 % en el volumen del mioma al final del último ciclo, con lo que el fármaco usado a largo plazo supuso una mejoría en la calidad de vida, que se mantuvo durante los intervalos sin tratamiento.