Cristiano Ronaldo, que igualó a Raúl González como máximo goleador madridista, acabó con su sequía goleadora y firmó los dos goles del triunfo en Malmoe de un Real Madrid con una alineación llena de suplentes y que firmó un partido de trámite ante un rival que apenas le creó peligro.
Pensando en el Atlético de Madrid, Rafa Benítez, que ya había dejado en Madrid a Sergio Ramos y a James Rodríguez, dio descanso también a Luka Modric y a Marcelo y optó por jugar con un 4-3-3, con un mediocampo con Casemiro en el centro, escoltado por Toni Kroos y Mateo Kovacic.
El Real Madrid tuvo la pelota de forma abusiva (cerca del 75 % en la primera parte), entre otras cosas porque el Malmoe esperaba en su campo y sólo ahí iniciaba una tímida presión. Pero sobraron imprecisiones y faltó más claridad para elaborar.
Kovacic estuvo despistado, pero tanto Casemiro como Kroos cometieron también errores de bulto atrás que no supo aprovechar el equipo local, más timorato que otras veces y demasiado impresionado por el rival. Sólo un par de tiros lejanos de Tinnerholm y de Rosenberg y una falta de Berget inquietaron algo a Keylor Navas.
La primera noticia del Madrid en ataque fue producto de una gran jugada individual de Karim Benzema, que se fue por línea de fondo y dejó un pase atrás a Ronaldo, cuyo disparo desvió Wiland.
Cuando más parecía animarse el equipo local, el Madrid hizo una contra de libro, con Isco, de lo mejor arriba del conjunto blanco, dejando solo a Ronaldo, que definió cruzado ante el portero sueco.
El Madrid pudo dejar casi sentenciado el partido poco antes del descanso, pero la espectacular volea de Carvajal fue al larguero.
El Real Madrid, que estrenaba la tercera indumentaria, azul oscura, acabó llevándose la segunda victoria en dos partidos, sin alardes, en su primer enfrentamiento oficial contra un equipo sueco, un triunfo que asienta además su liderato en el grupo.
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