El aspecto masculino de un adulto se puede saber desde el vientre
Un estudio divulgado en Australia reveló que, en el feto, se puede determinar el aspecto masculino de su rostro adulto debido a los niveles de testosterona a los que se expone en el útero.
«Los altos niveles de testosterona en el cordón umbilical están realmente vinculados a características faciales más masculinas», según Andrew Whitehouse, de la Universidad de Australia Occidental y coautor de esta investigación, que vincula por primera vez la exposición prenatal a la testosterona y la estructura de un rostro.
Anteriores estudios afirmaban que los niveles de testosterona durante la pubertad eran los que determinaban las características masculinas y femeninas en una persona, pero el nuevo estudio enfatiza que son más importantes durante la etapa prenatal.
«Medimos también los niveles hormonales durante la pubertad y descubrimos que los niveles prenatales estaban más vinculados a la estructura facial masculina», acotó Whitehouse en declaraciones citadas por la cadena local ABC.
Para este estudio, publicado en la revista científica Proceedings B de la Sociedad Real, los científicos siguieron el desarrollo de miles de niños nacidos de madres que fueron reclutadas para este estudio durante su embarazo.
Después, analizaron los niveles de testosterona de los cordones umbilicales de 97 varones, 86 mujeres y en su organismo en distintas etapas de su vida.
Una vez que el grupo escogido cumplió entre los 21 y 24 años, los científicos analizaron cuán masculinos lucían sus rostros y descubrieron el vínculo entre los niveles de la testosterona en el cordón umbilical y la masculinidad del rostro.
«Si vemos a las mujeres, vamos a ver que aquellas que tenían más testosterona tienen características masculinas también», comentó Whitehouse.
Los criterios de masculinidad fueron determinados a través de doce medidas vinculadas a hitos faciales como el tamaño de la nariz, la distancia entre los ojos, el espesor de las cejas.
Para los investigadores, la genética influye en la presencia de un mayor nivel de testosterona en el útero, aunque también debe tomarse en cuenta otros factores como los químicos o incluso el sobrepeso.