‘Scream Queens’, como ‘Glee’ pero con más sangre
Al ritmo de Waterfalls comenzó Scream Queens, el show de Ryan Murphy que vuelve a las raíces de Glee, pero con bastante más sangre. En este nuevo programa en el que las sororities y las fraternidades son el régimen, las chicas populares no miran muy bien a los desadaptados.
La famosa canción de TLC da inicio a este primer episodio especial de dos horas, en el que la historia comienza en los años noventa cuando ocurre un extraño asesinato en la hermandad Kappa Kappa Tau. Curiosamente, nadie había hablado de este hecho… Hasta ahora.
Emma Roberts es la encargada de darle vida a Chanel Oberlin, un personaje que tiene bastante de Regina George (Rachel McAdams) en la clásica película Mean Girls. Vestida con trajes finos, ella es la presidenta de esta hermandad y está siempre acompañada de las que llama sus “minions”, Chanel #3 (Billie Lourd), Chanel #2 (Ariana Grande) Chanel #5 (Abigail Breslin).
En una de las visitas que Murphy realizó al Paley Fest, el productor dijo que Glee también había sido creado, en parte, para las minorías. En Glee, era el chico en silla de ruedas, la porrista embarazada; en Scream Queens los rezagados aparecen como una fanática sorda de Taylor Swift (Whitney Meyer), una “nerd” con frenillos fanática de las muertes (Lea Michele) y una chica de color aspirante a la presidencia (Keke Palmer).
Para completar el set, también están los niños buenos de la historia. Diego Boneta hace el papel de Pete Martinez y, la que hasta ahora es su enamorada, Grace Gardner (Skyler Samuels), tratarán de resolver estos misteriosos asesinatos realizados por un hombre que viste una máscara y un traje rojo como el miso diablo.
Entre los adultos también hay caras conocidas: La ex Saturday Night Live, Nasim Pedrad, como una abogada de la universidad obsesionada con los años noventa. Junto a ella estará la decana (Jamie Lee Curtis) y el actor Oliver Hudson, como el padre de Grace.
Todos estos rostros conocidos deberán protegerse los unos a los otros de un asesino en serie, en este show en el que los personajes sobreactúan, gritan y cantan, casi como si se tratara de una interpretación estudiantil de The Rocky Horror Picture Show, pero que detrás de la sangre esconde lo que a Murphy le gusta mostrar en sus shows; la inclusión de un grupo que deberá luchar por un bien común, mezclando a los niños ricos, los no populares, los nerds y los freaks en una misma historia.