Colas son el pan de cada día de los venezolanos
Los productos de la cesta básica comenzaron a desaparecer de los anaqueles hace varios meses. Actualmente, se desconoce cuál es exactamente el índice de escasez, ya que el Banco Central de Venezuela dejó de publicar las principales estadísticas económicas del país a principios de 2015. Ello originó que el hecho de conseguir lo necesario para el hogar se convirtiera en un acto casi extremo.
La escasez no es algo exclusivo de Caracas, está presente en todo el país. Los productos de la cesta básica llegan a mercados y bodegas cada veinte días aproximadamente, por lo que semana a semana, las colas que se forman en diversos comercios para comprar «lo que se consiga» son más kilométricas.
Con el pasar del tiempo la situación se ha agravado y la lista de productos difíciles de conseguir se engrosó. La crisis fue el escenario perfecto para que aparecieran los llamados «bachaqueros», quienes tienen un amplio inventario de rubros, pero los comercializan a un precio sumamente elevado y representan un golpe al bolsillo del venezolano.
Colas en cada esquina
Desde el centro hasta el este, de una esquina a la otra. Ninguna zona caraqueña se escapa de las interminables colas diarias para abastecer las alacenas.
Joysi Medina comenzó a hacer colas en noviembre de 2014. Este martes la hizo en un comercio ubicado en la Avenida Baralt de Caracas, junto con otras personas que también se aventuraron a ver qué podían conseguir esa mañana. Joysi normalmente invierte unas dos o tres horas en esa labor. “Eso sin contar que solo tengo derecho de comprar los martes y sábados porque es lo que me toca por mi número de cédula. Se consiguen cosas, pero no siempre lo que uno necesita con urgencia”, dice.
Medina cuenta que se han presentado situaciones en las cuales -luego de hacer su cola- algún encargado del comercio en el que está dice que ya no hay productos. «Entonces perdemos el tiempo», sentencia. Aún así, prefiere hacer colas en los comercios chinos que ir a abastos Bicentenario o Día a Día: “Allí es horrible por la cantidad de gente. Tengo amigas que han estado hasta 12 horas en cola en esos lugares».
Gladys Torrealba hace su cola en otro comercio de la avenida Baralt. En ocasiones -cuenta- tiene que ir hasta a dos comercios para ver si encuentra lo que necesita en su casa. “Hay lugares en los cuales la cola corre rápido, pero hay otros sitios donde pareciera que les gustara ver a la gente sufrir por el producto”, dice y asegura que algunos comercios tienen los productos que demanda la sociedad, «pero no los venden completos».
La estudiante, Daniela Rojas, está en la cola de un Farmatodo del centro de Caracas. Recuerda que un día en el establecimiento Día a Día de Antímano “se entraron a golpes solo porque una persona se coleó. ¿Hasta dónde se ha llegado por conseguir comida’”.
De la misma manera, la señora Ana Linares dijo que ella debe hacer cola porque no tiene quien les consiga lo que necesita en su casa, ya que vive sola. “Yo tengo una hernia lumbar y ponerme hacer cola hace que llegue mal a mi casa después, pero no puedo hacer nada, yo necesito mis cosas”, expresó.
En referencia a los productos por los cuales la gente hace más cola, Joysi Medina señaló que mucha gente «viene (al comercio en el que está) es por jabón en polvo, más que todo por artículos de limpieza o pañales para los bebés».
Sin embargo, Rojas expresó que últimamente ha visto que las colas para comprar harina han aumentado. Imagina que es porque «se acerca diciembre”.
Muchas personas duermen de un día para otro para asegurar ser los primeros al momento de abrir los establecimientos, ya que generalmente llegan pocos productos de los que están en la lista de «desaparecidos».
“Todos los días es una sola cola, no solo para comida, sino también para repuestos de carros, para medicina, para todo hay cola”, asegura el señor Dario Márquez.
Incertidumbre dentro de la población
El 19 de agosto el Gobierno nacional cerró la frontera con Colombia como medida para acabar con el llamado “bachaqueo” y así poder manejar la situación de desabastecimiento en el país. Sin embargo, gobernador del estado Táchira, José Vielma Mora, expresó el 7 de septiembre -19 días después de la medida- que las colas no han cesado. «Estamos preocupados porque continúan las colas para compra de desodorantes y útiles personales, pero vamos a seguir abasteciendo”, subrayó, tras anunciar que habían detenido a paramilitares en la frontera.
Con base en esto, la señora Ana Linares hizo énfasis en el hastío que siente gran parte de la población. “Ya nos estamos cansando de pasar horas parados para comprar chucuto. Sinceramente, yo veo que la situación se va a poner peor, hay que guardar (productos) para enero”.
Por su parte, Medina dijo que le resulta increíble cómo hace unos años ella se dirigía a un supermercado, compraba rápido y conseguía todo lo que necesitaba. “Ahora es un sacrificio, pero hay que hacerlo», expresó mientras que la señora Torrealba preguntó “¿cuánto tiempo durarán estas colas?”