Chávez: una decisión histórica

Cuando estas líneas serán publicadas, el proceso de reparos habrá terminado y Chávez habrá decidido o estará por decidir, si cerrar el juego político democrático o postergar esa decisión, para algún momento entre hoy y la fecha del eventual revocatorio. Obviamente, esa decisión vendrá siempre acompañada de una cortina de humo para tratar de confundir a la opinión pública, particularmente la internacional. Sin embargo, la presencia y la experiencia de los observadores internacionales permiten anticipar que la comunidad democrática internacional conocerá, con suficiente claridad, el resultado de la tragicomedia venezolana.

Chávez y las escasas personas que tienen la posibilidad de influir sobre el caudillo están frente a una decisión que condicionará, para bien o para mal, la historia contemporánea de Venezuela. Ojalá que Chávez y sus asesores no sólo tomen en cuenta los costos provenientes del sistema internacional, que la sustancial clausura del proceso democrático venezolano provocará, sino sobretodo la responsabilidad histórica que significa crear las condiciones para una guerra civil. En Nicaragua, Daniel Ortega optó en 1979 por el control monopólico del poder y la exclusión política de los disidentes, incluyendo aquéllos que lo habían acompañado en la lucha contra Somoza. Alfonso Robelo, Arturo Cruz, el Comandante Cero y Violeta Chamorro, entre otros. El resultado fue una guerra civil que duró más de una década, decenas de miles de muertos y el desastre socioeconómico. Algunos lectores pensarán que Venezuela no es Centroamérica, que tenemos petróleo y vienen las elecciones regionales. Chavez, por tanto, mantendrá un aparente proceso “cuasidemocrático” y las cosas seguirán más o menos igual.

Desgraciadamente, la realidad es otra, si el proceso referendario es abortado ilegítimamente, empezará otro “juego político”, surgirán varios tipos de “resistencia”, entre algunos será civil y pacífica, a la Gandhi por ejemplo. Se irá a las elecciones regionales, pero realmente sólo para defender espacios de poder residuales. Otros optarán por métodos “diferentes”. Antes o después, el precio del petróleo bajará, porque las leyes y los ciclos de la economía son inexorables. Si en medio de un boom petrolero, la situación socioeconómica es la que es, la posibilidad de una tragedia social, magnificada por un brote hiperinflacionario, es una posibilidad cierta. Dios quiera que Chávez siga el ejemplo del Daniel Ortega de1990, que negoció para reimplantar la democracia. Espero que no necesite pasar por una guerra civil para hacerlo.