Nacionalismo: una cortina de humo
Mario Vargas Llosa ha dicho que: “el nacionalismo es la cultura del inculto, la religión del espíritu de campanario y una cortina de humo detrás de la cual anidan el prejuicio, la violencia y a menudo el racismo”, y los proyectos totalitarios, le agregaría yo. Obviamente, el nacionalismo tiene también su signo positivo cuando es la expresión de una auténtica reacción de sociedades pequeñas y débiles frente a la agresividad dominadora de las grandes potencias. Sin embargo, la historia contemporánea nos enseña que una estrategia tradicional de las satrapías tercermundistas, tanto de derecha como de izquierda, ha sido levantar la bandera de la defensa de la soberanía nacional para ocultar las violaciones a los derechos humanos, en particular los civiles y políticos.
Lo hicieron Stroessner, Duvalier y Manuel Noriega y lo siguen haciendo Castro y Mugabe. Frente al oscuro episodio de la captura de presuntos paramilitares colombianos, es muy sospechoso que la reacción de Chavez fue inmediatamente involucrar a la Coordinadora Democrática en un supuesto golpe dirigido desde EEUU y Colombia, por “sectores” de los gobiernos y ejércitos de esos países. Acusando con nombre y apellido al Comandante de las Fuerzas Armadas Colombianas y al comandante del Comando Sur de los Estados Unidos. Mientras Chavez habla de que se trata del inicio de una invasión del “sagrado suelo de la patria”, su embajador en la OEA afirma, con cara de seriedad, que los paramilitares tenían como objetivo el asesinato de Chavez. Recordemos que se trata del ”enésimo” anuncio de un planeado magnicidio. En todos los casos, el gobierno había afirmado tener ya identificados a los involucrados, nunca se supo nada al respecto. La absoluta falta de seriedad y profesionalismo de este supuesto “complot”, con paramilitares desarmados, hace pensar en un montaje del gobierno o en la manipulación de una payasada organizada por extremistas aventureros, que fueron muy probablemente infiltrados por el gobierno y se convirtieron en “tontos útiles”. Lo más grave es que detrás de esta cortina de humo, el régimen está acelerando la implementación de su proyecto “neototalitario”, a través de la aprobación inconstitucional de las leyes del Tribunal Supremo, la ley “mordaza” y la ley de policía nacional. La “cortina “ también sirve para ocultar la evidente maniobra que busca impedir fraudulentamente el referéndum revocatorio. El ataque del CNE oficialista a la OEA y al Centro Carter forma parte de la maniobra.